En la nueva propuesta de primavera 2025 de Saint Laurent, bajo la dirección de Anthony Vaccarello, la corbata no es solo un accesorio. Es un símbolo de una revolución silenciosa que reta el concepto de lo clásico, lo formal y lo eterno. Vaccarello ha logrado lo impensable: hacer que la rigidez de un nudo de corbata, ese gesto casi obsoleto, se sienta moderno, fresco y completamente adecuado para la era 2025. Este no es solo un guiño a lo tradicional, sino una reimaginación de la alta gama y la versatilidad, un perfecto equilibrio entre la nostalgia y la vanguardia. Mientras tanto, una pregunta más persiste en el aire: ¿cómo pudo Vaccarello convertir la formalidad en algo tan fascinantemente relajado?

En esta colección las corbatas se presentan en toda su amplitud, algunas firmemente anudadas al cuello, acompañando a trajes perfectamente entallados con chaquetas cruzadas, pantalones de cintura alta y una silueta que recuerda a un tiempo sin prisas. Los zapatos son tan brillantes que parecen pedir un reflejo perfecto de la propia imagen. Aquí no hay cabida para las zapatillas deportivas; este es un desfile de intenciones claras: sofisticación y precisión, de principio a fin. Pero no todo es tan rígido. A veces, las corbatas de Vaccarello se transforman en delgadas tiras de seda que se entrelazan casualmente, una metáfora del diseño mismo: relajado, fluido, y a la vez, sofisticado. Estas corbatas se complementan con camisas de rayas, con estampados de cachemira o lunares, y algunas de ellas se llevan con el primer botón desabrochado, dejando ver una sensualidad sutil. La misma fluidez se encuentra en los estampados que recorren toda la colección: cuadros Príncipe de Gales, una reminiscencia del traje clásico que vuelve con fuerza, pero ahora combinado con bufandas, camisas y pantalones que juegan con la textura y el contraste. Las prendas se transforman en una mezcla de elementos formales y desenfadados, donde los vaqueros gastados y los pareos con cinturón se convierten en compañeros inesperados de los trajes más refinados.

Cortesía Saint Laurent

Esta colección no es un simple ejercicio de nostalgia. También abraza el eco de la era de los años 60 y 70; es palpable en la estética de la colección, Vaccarello no se queda en la mera apropiación de elementos de otra época. Su mirada hacia el pasado es siempre un paso hacia el futuro. No se trata solo de un homenaje a Saint Laurent, sino de una relectura del presente. De alguna manera, esta colección no es solo una línea de ropa; es una afirmación de que el estilo y la identidad personal son cosas que perduran, se reinventan y trascienden. Además, el diseñador desdibuja los límites entre ambos géneros, los modelos poseen un aura femenina, mientras abrazan la estética masculina de la maison.

Cortesía Saint Laurent