“Parental Advisory: Explicit Content”. Entre las calles de Hollywood, el streetwear punk resurge con la efervescencia rupturista y anárquica de los Ramones, The Clash, los Misfits y de bandas con dejos pop-rock como Offspring y Green Day. Acordes llenos de rebeldía que, en una llamada desde Londres, se plasman en la estética de Enfants Riches Déprimés. Fundada en 2012 por el artista conceptual Henry Levy, la firma explora las subculturas de finales de los 70 y en una predilección por lo disruptivo y silenciado, crea prendas unisex que son las predilectas de los niños ricos deprimidos.

A la vanguardia de lo limitado, la maison se mueve entre Los Ángeles con aires parisinos que desbordan nihilismo y adicción. Con odas constantes a las drogas, Enfants Riches Déprimés conceptualiza un mundo oscuro; donde la cocaína, las anfetas y el fentanilo convergen en una sobredosis y posterior rehabilitación en algún exclusivo centro de Estados Unidos. De cierta forma, es una firma autobiográfica y Henry Levy es el concepto creador y unificador. Con una visión transgresora y provocativa, el diseñador encanta con siluetas punk que convierten el underground en un nicho alejado de las masas. Sus precios son estratosféricos y una sola chaqueta puede llevar a costar 95 mil dólares, aunque claro, ninguna pieza es igual a otra y estilo de vida no es lo convencional.

Cortesía de Enfants Riches Déprimés

Medias rotas, botas de combate con plataformas, suéteres de cachemira, transparencias y mucho cuero. Con la naturaleza sombría de la firma y a pesar de su nihilismo elitista, las prendas evocan un encuentro común donde la música es la protagonista. Es la historia de Johnny Rotten, Sid Vicius, Joey Ramone, Billie Joe y el propio Henry Levy. Una mezcla conceptual en la cual el arte manifiesta el alma irreverente del artista y al son de la lírica de “Hey hey, My my”, es mejor quemarse que desvanecerse. Enfants Riches Déprimés plasma este extremismo emocional que, inesperadamente, te deja en la oscuridad con siluetas listas para enfrentar los vaivenes del descontrol y la vida nocturna con una contemporaneidad fascinante.

Cortesía de Enfants Riches Déprimés