EN CALMA: LA FÓRMULA DISCRETA DE DIOR PRE-FALL 24
Por Andrea Cova - diciembre 19th, 2024
La calma de la exactitud, que parece tallada en piedra, es lo primero que nos gustó al observar la colección Pre-Fall 2024 de Dior Men. La suavidad de un abrigo de corte envolvente en tonos gris piedra; la luz y la sombra trazando las pliegues perfectamente curvados de unos pantalones que parecen esculpidos por las manos de un maestro. A medida que avanzamos en la colección, se hace evidente que estamos ante una obra de arte que recoge no solo los cinco años de Kim Jones al mando de Dior, sino también una síntesis de su legado en la moda masculina. Y, más allá de eso, una revisión de las ideas que ha ido esculpiendo a lo largo de su carrera.
Jones no solo ha dado forma a un nuevo lenguaje para la alta moda masculina, sino que ha logrado convertir lo cotidiano en algo sublime. El diseñador inglés ha sido pionero en la habilidad de fusionar lo formal y lo informal, consiguiendo que la vestimenta de alta gama sea al mismo tiempo accesible y refinada. En sus propias palabras: “La fusión de lo formal e informal”. Esta temporada, su mirada se detiene en el estilo de Nueva York de las décadas de los 70 y 80, un crisol de influencias que atravesaba la ciudad y que reflejaba, como pocos momentos en la historia de la moda, la unión entre lo “preppy” y lo “cool”, lo elegante y lo rebelde.
Sin embargo, lo fascinante de la colección no reside únicamente en las referencias que el diseñador expone a través de su nota de prensa. Lo interesante está en la forma en que Jones se aleja de los artificios típicos de un desfile para ofrecer algo mucho más esencial, algo tan directo como una obra de arte en un museo. Cada prenda, cada silueta, se siente como una pieza cuidadosamente esculpida, capaz de resistir el paso del tiempo.
Cortesía Dior
Quizá una de las características más destacadas de la colección es la reinterpretación de la cannage, el icónico patrón de Dior, que aparece transformado en un sofisticado acolchado sobre una chaqueta bomber. La estructura de la prenda, tan limpia y pulida, evoca la sensación de una escultura clásica que, al mismo tiempo, resulta cómoda y moderna. Jones también se muestra fiel a su habilidad para dominar el arte de la superposición ligera, con abrigos tipo trench, camisas sin camisa, y toques deportivos que, lejos de restarle elegancia, elevan la sensación de fluidez y naturalidad.
En cuanto a los pantalones, las pliegues esculpidas que delinean la silueta masculina adquieren una nueva dimensión, casi etérea, que reitera la perfección del corte y la caída. Todo parece estar diseñado para enfatizar la relación entre el hombre y su ropa, haciendo de cada pieza una extensión de su propio cuerpo. Es lo que Jones ha perfeccionado durante estos años: una moda que no solo se lleva, sino que se vive.
Cortesía Dior
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