Con mariposas multicolores, transparencia y tiro bajo, los 2000 vuelven a las pasarelas y vitrinas. Blumarine es una marca reconocida a nivel mundial y fue la inspiración para muchos artistas.  Pero, debido a la competencia, poco a poco se fue nombrando cada vez menos. Esto, hasta que, en 2020, Nicola Brognano se hizo cargo de la dirección creativa de la firma, rejuveneciéndola y posicionándola. Incluso, llevándola al punto más álgido de su popularidad, con un Y2K que regresa y que revive las vibras audaces de la juventud.

En la campaña de Primavera-Verano 2022 se recuperaran los íconos sexys y femeninos del pasado. El motivo del desfile fueron las mariposas y el estilo retro. Tejidos ligeros como las gasas y el denim fueron los protagonistas, al igual que los estampados y rosado. Un color que se apoderó de todo cuanto pudo. La pasarela irradió vibras pop, donde la nostalgia de imaginar a cantantes como Britney Spears o Jennifer López luciendo estas piezas desencadenó un sinfín de recuerdos. Algunas de las prendas más aclamadas fueron los pantalones de cuero a tiro bajo, los vestidos con cuello halter y patrones animal print, los micros shorts y los micro tops.

Cortesía de Blumarine

La revolución de esta tendencia ha sido significativa para la industria de la moda. ¿La razón? La vulnerabilidad y los sentimientos que ha traído el Y2K. La estética despreocupada la hemos visto particularmente en el street style, en especial, de la mano de rostros como Dua Lipa, Bella Hadid, Lizzo y otras más. Rostros que, incluso, se aventurado en traer de vuelta la silueta delgada de las cejas, el maquillaje con brillos y el uso del recargado de los accesorios. Una forma tangible de expresar la diversión y el frenesí rosa que gobernó entre fines de los 90 y principios de los 2000. Una estética que, por supuesto, está influenciada por Blumarine y su director creativo, Nicola Brognano.

Paralelamente, las piezas de Otoño-Invierno de Blumarine se destacan por su ligereza, inquietud, inocencia y sensualidad, conviviendo en un mismo espacio. En su mayoría, las prendas están concebidas en tonos rosa palo, pero también, en sus opuestos como el gris y el negro. Recreando la versatilidad del Y2K en una serie más moderna, la colección es sexy, fresca y seductora. Revistiendo los códigos de la firma italiana por tonos vibrantes y saturados con la esencia de las nuevas generaciones. Brognano comentó que uno de sus looks preferidos fue “el body de tul con una gran rosa bordada, combinado con un pantalón vaquero de cintura baja, teñido y bordado, un cinturón ancho de cristales y una boina de raso, como las que solía llevar Paris Hilton”. En resumen, colecciones que han revivido a Blumarine con la feminidad ingenua, gentil y seductora de los 2000.

Cortesía de Blumarine