EL MINIMALISMO DEL SKINCARE: LA RESPIRACIÓN DE LA PIEL
Por Camila Lagos. - abril 30th, 2021Algunos de los aprendizajes que nos ha dejado la pandemia producida por el Covid-19, ha sido la importancia del skincare y los beneficios de este con respecto al cuidado de nuestra salud mental; una que, como consecuencia de la crisis sanitaria, las cuarentenas obligatorias y otros factores, se ha visto significativamente afectada. Sin duda alguna, las rutinas beauty mejoran nuestro estado ánimo, siendo un aporte hasta terapéutico para el autocuidado, pero la gran proliferación de productos faciales, el uso desmedido y la utilización de aquellos que no son aptos para nuestros cutis, pueden acabar con la barrera protectora de la piel.
“Estamos asfixiando nuestra piel” comenta de forma determinante la dermatóloga española Paloma Cornejo, quien agrega que “en pandemia, la población ha dedicado su tiempo a sí misma y ha incorporado un exceso de cosmética en sus rutinas”. Puede que esta proliferación beauty provenga de las y los influencers que recomiendan una serie de cuidados faciales o en modo respuesta a una necesidad dermatológica y aquí, me incluyó. Al comienzo de la crisis sanitaria en 2020, sufrí un cuadro de ansiedad que culminó en una dermatitis y ante mi desconocimiento y búsquedas en internet, lo traté con una gran cantidad de productos antiacné que solo empeoraron mi cutis. Un error y una irresponsabilidad que como expresa la profesional del Hospital Clínico de Barcelona, Andrea Combalia, “pueden repercutir en problemas dermatológicos serios”.
Y claro, internet, las campañas de publicidad, el marketing y las y los influencers recomendaban determinadas cremas y tónicos antiacné que influenciaron mi rutina facial con una sobrecarga de productos e información que no solo empeoraron mi dermatitis, sino también, acabaron con la barrera protectora de mi piel, agrietándola, secándola y convirtiéndola en una dermis extremadamente sensible. Tras no notar una mejoría con estos milagrosos productos, visité a la dermatóloga quien, sabiamente, me diagnosticó y recomendó reducir mi skincare a tres simples pasos: limpieza, una crema especial para mi afección y protector solar.
Una minimización en mi rutina de cuidado facial que dejó respirar mi piel, sanándola y tratándola de acuerdo con los consejos de una profesional. No asfixiar la dermis con una amplia gama de productos, es esencial para obtener un cutis de impacto, pero, sobre todo, es fundamental asistir a un/a especialista que nos indique nuestras necesidades y según estas, crear nuestro skincare. Así lo manifiesta Cornejo, quien recomienda “hidratar y proteger del sol por la mañana y, por la noche, limpiar y tratar el problema dermatológico” sea acné, manchas u otro, lo relevante es hacerlo a partir de lo recetado y bajo la premisa de que “menos es más”.
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