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EL DARK GLAM DE LOS VMA’S: LA MODA SIEMPRE GANA

POR CAMILA LAGOS - agosto 30th, 2022

Con el pasar del tiempo, los MTV Video Music Awards (VMA) se han convertido en una de las premiaciones más esperadas. Se han ganado el respeto de la industria y la han inundado de momentos icónicos. En el 84, Madonna inauguró los premios con Like a Virgin; un corsé de Jean Paul Gaultier, un cinturón con la frase Boy Toy y una de las presentaciones más controversiales de la historia. En la misma línea, en 2001 Britney Spears subió al escenario con una pitón amarilla y un tigre blanco. Esto, para presentar su hit I’m a Slave 4 U. Y bueno, en 2003, la intérprete protagonizó otro de los momentos más icónicos de los VMA’s: su beso con Madonna y Christina Aguilera. Respecto a esta última, sus looks del milenio pasaron a los archivos como los máximos representantes del Y2K, pero también, su beef con Eminem, protagonizando más de un incómodo momento. Y en lo que a esto concierne, durante 2009 fue Kanye –ahora Ye– West el encargado de tensar el ambiente, humillando a Taylor Swift. Precisamente, es la cantante de pop-country quien, 13 años después de aquel episodio, ha vuelto ha ganar el galardón que le valió los insultos del rapero: Mejor Video del Año.

Sin embargo, es probable que el rapero haya estado sumamente ocupado embalando sus YEEZYXGAP enginereed by Balenciaga en bolsas de basura como para arruinar otro momento de Taylor. La nacida en Pensilvania se llevó cinco galardones y si bien destacó por su éxito con All too Well, fue su look el verdadero ganador. Un minivestido de Óscar de La Renta; completamente cubierto con cristales, de cuello halter, espalda descubierta y aperturas que, en su conjunto, simulaban una deslumbrante cascada. Calzado a juego y sus emblemáticos labios rojos. La cantante se lució por la alfombra y el escenario con una pieza que, a la vez, hizo un guiño al que utilizó hace 13 años y al que llevó en el video de Look What You Make me Do.

Cortesía de Getty Images

Lil Nas X se hizo con tres premios; no obstante, la moda siempre gana y este fue su verdadero triunfo. El nuevo rostro de YSL Beauty llegó un traje de plumas de Harris Reed. Sobre el pantalón, el plumaje nacía en forma de una surreal falda y en la parte superior, estas posaban tras su cabeza como un magnífico tocado. Su torso al descubierto y el surrealismo como único compañero. Plumas de ciclismo y lentejuelas negras. Botas con plataforma y tres looks más; cada uno, para un galardón distinto. En contraparte, Jack Harlow abrazó la sutileza y sus cuatro galardones los recibió con conjuntos monocromáticos, partiendo por un simple, pero acertado blazer y pantalón negro de Hermès. Este lo acompaño de una camisa abultada a la altura de las solapas y unos anteojos rectangulares. Luego, vistió un conjunto beige que, al igual que el primero, contaba con un acabado pulido, en cuero. Después lució una chaqueta y pantalón de un brillante verde menta y más tarde, cerró su performance con un look negro. Aunque, esta vez, la camisa era de lentejuelas.

Cortesía de Getty Images

En general, el vento se cubrió de un glamour oscuro. El negro protagonizó la alfombra roja y, por ejemplo, Lizzo llegó un vestido de Haute Couture diseñado por Glenn Martens para Jean Paul Gaultier. Una pieza fluida, vanguardista y, sobre todo, declaratoria: la alta costura es para todos los cuerpos. Por su parte, Sofía Carson llegó con un Carolina Herrera que desde las mangas cubrió su cabeza. Una especie de manto; elegante, sencillo y sublime. El escote en forma de corazón coronó el vestido, cuyo corte recto le daban el aspecto de una santa de la oscuridad. Algo similar ocurrió con Alexie D’Amelio y su esplendoroso Alexandre Vauthier. Avril Lavigne llevó el punk a la alfombra negra y Sabrina Carpenter los colores. La actriz y cantante lució un Moschino con cut outs laterales, cuello halter y un escote en óvalo que le otorgaba un aspecto juguetón, pero sofisticado. El negro fue el color de fondo de la prenda protagonizada por las lentejuelas y las flores de colores. Una estética que fue compartida por Becky G, aunque la latina deslumbró con un Zuhair Murad con aperturas laterales y brillos casi mitológicos. En realidad, la pieza estaba cubierta por cartas de Tarot como el sol o los amantes. ¿La interpretación? A libre elección.

Cortesía de Getty Images

Anitta vistió un Schiaparelli rojo, con corsé y un aplique de lentejuelas, cuya forma de corazón cubrió el seno de la brasileña. Un vestido surrealista, fiel al estilo de la maison, pero también, al de la camaleónica intérprete que sacó a relucir sus curvas con los diseños y reinterpretaciones de Daniel Roseberry. Maneskin, el grupo italiano llegó enfundado de Gucci, dejando que el rock de los 70 se apoderara de la alfombra con la gracia y la irreverencia de Alessandro Michele. Ahora, uno de los looks que más destacó fue el de Colton Haynes, quien lució un traje Dior y en un llamativo verde manzana. No obstante, no fue aquel blazer cruzado o esos pantalones de talle alto y corte campana los que acapararon la atención, sino, que aquel conjunto corresponde a uno de los truncados diseños de Travis Scott. Por su lado, Murda Beatz, se lució con un Fendi. Chaqueta, pantalones, mocasines y hasta un bolso de una tonalidad compartida: el burdeos. Elegante, pero urbano. El intérprete contrarresto la sofisticación de su conjunto con una polera y a la vez, demostró que dentro de aquella pequeña Fendi bag cabe mucho más de lo que parece.

Cortesía de Getty Images

Por supuesto, no todos los atuendos fueron dignos ejemplares de la convergencia entre la moda y la música. Si bien son una de las artistas más destacadas de la actualidad, son looks no están a la altura de su talento. Aunque más bien, se trata del trabajo corriente realizado por Maria Grazia Chiuri en Dior o Virginie Viard en Chanel. Las casas visten a Jisoo y Jennie respectivamente, y en comparación a sus compañeras, Lisa y Rosé que son rostros de Celine y Saint Laurent, dejaron bastante que desear. Jisoo usó un vestido de corte evasé, con detalles de encaje y una falda floral. Jennie, lució un Chanel compuesto por un crop top con mínimos detalles cut out y una falda midi evasé a la cadera. Sobrio, pero aburrido. –Al menos, no fue uno de los clásicos tweed de la firma–. Como siempre, Celine destacó; esta vez, en Lisa, que, además de llevar joyas Bvlgari, deslumbró con la sencillez de un traje de sastre. Un top con cut out en el abdomen y una cola que le daba la apariencia de un vestido. En tanto, Rosé sacó a relucir la sensualidad de Saint Laurent con un minivestido negro, con una rosa a la altura de las caderas, cuello alto y mangas largas.

Cortesía de Getty Images

 

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