EL CALEIDOSCOPIO DE COLORES DE LONGINES
POR CAMILA LAGOS - junio 1st, 2022
Símbolo de atemporalidad y elegancia. Longines es de esas firmas clásicas, que representa el paso del tiempo de forma impoluta, siempre innovando y adaptándose a su razón de ser. Desde 1832, la maison enraizada en Saint-Imier, Suiza, ha transformado la relojería, siendo pionera en la creación de los husos horarios y de la tradición como emblema. Más de 100 años de trayectoria acompañan a la marca que, en su constante búsqueda de la perfección horaria, ha creado un caleidoscopio de colores, donde dos de sus modelos más emblemáticos son los protagonistas. En cinco vibrantes y monocromáticos tonos, el DolceVita y La Grande Classique se renuevan con alegría y atrevimiento para decir que “la elegancia es una actitud”.
Rojo carmín, verde primavera, negro clásico, naranja tostado y azul cobalto. Como una declaración de estilo y poder, los colores protagonizan la nueva colección de Longines, atrayendo todas las miradas en el caso del rojo carmín o evocando la naturaleza mediante el verde primavera. El azul cobalto, por ejemplo, ensalza la armonía interior, mientras que el naranja tostado refleja la calidez y simpatía. En tanto, el clásico negro representa la elegancia tradicional y cómo no, si no hay tono más atemporal y perfecto que este. Para cada personalidad un color, y también, un modelo. La esencia de firma se plasma en las nuevas versiones del DolceVita y La Grande Classique. Modelos que combinan su esfera central con el color de la correa, dando un resultado tan fascinante como envolvente.
Cortesía de Longines
- DolceVita
- La Grande Classique
- DolceVita
Por su parte, el DolceVita, aquel reloj suave y glamoroso que se alza como una oda al delicado estilo italiano, combina su esfera rectangular y con borde metalizado con las correas de colores de la nueva colección. A través de acabados que simulan la textura de la naturaleza, la pieza invita a ver el atardecer desde una terraza en Italia o frente al mar mediterráneo. En definitiva, a vivir nuestra propia versión de la dolce vita, pero con un nuevo aspecto. Uno, donde los colores cobre vida. En tanto, La Gran Classique, con su esfera fina, redondeada y con incrustaciones de 44 diamantes Top Wesselton, se estampa como un poema a la más refinada atemporalidad. Y al igual que su par, sus correas se envuelven en los monocromos de Longines. Emblemas teñidos de alegría y actitud que, sin importar sus dejos clásicos, de seguro aportarán vitalidad a tus muñecas, contribuyendo a la herencia y al legado de la relojería suiza.
Cortesía de Longines
- La Grande Classique
- La Grande Classique
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