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Lifestyle

EL ARTE DEL ENSAMBLAJE DE PACO RABANNE

POR ANDREA LEÓN - septiembre 30th, 2021

En los 60, la icónica indumentaria metálica del diseñador vasco marcó la historia de la alta costura. La silueta femenina se transformó en una plataforma para la experimentación y la vanguardia. Bajo el liderazgo de Julien Dossena, un equipo de expertos artesanos asume este legado que resplandece y no deja de sorprender.

La hipnótica vista azul del Mediterráneo, junto con la vista de Mónaco y el Hexa Grace de Víctor Vasarely, escenario del lanzamiento de la última colección Primavera-Verano 2022 de Paco Rabanne, distraen al presenciar los 33 looks que protagonizaron una seductora experiencia estival. El director creativo de la casa, Julien Dossena, eligió este espacio por la importancia que tiene el mar en su vida (creció en la costa de Bretaña), así como la conexión que hizo entre la obra de Paco Rabanne y Vasarely, conocido como el padre del Arte Óptico. Dicha instalación, construida con 24.000 azulejos de 14 colores, por encargo de la Princesa Grace en 1979, resultó ser un complemento natural para la propuesta: “Estaba pensando no solo en los efectos ópticos, sino también en las sensaciones del verano: el sonido del mar, el sol calentando la piel, la luz reflejada en el agua. Quería traducir estos estímulos para que se sintieran inmediatos y sensuales”, explica el diseñador de 38 años. Dossena comenta que en el proceso “existía el deseo de explorar el grafismo como un abanico de ideas. Hay tanto una vibración como una sensación manual en estos looks que les dan tanta textura”. Junto con la Fundación Vasarely plasmaron obras del artista en estampados geométricos, bordados y la emblemática malla metálica para crear un crop top, faldas y bolsos que se apreciaron en el desfile, mientras el ritmo setentero de “Yes Sir, I can boogie” invadía los sentidos.

Cortesía de Paco Rabanne

Estas prendas tuvieron su origen en la sede de la marca en París, donde la aguja y el hilo pasan a un segundo plano. Con un par de alicates en sus manos, un exclusivo grupo de artesanos y creativos trabaja en el ensamblaje de piezas de metal, piedras preciosas, lentejuelas, strass, cristales, plástico y cuero, para crear ropa y complementos. Se trata de un trabajo verdaderamente silencioso, pero sumamente valioso, que requiere destreza y precisión, como si fuera el más complejo de los rompecabezas. En el filme ‘Paco Rabanne, mode révolutionnaire’ (2014), el autor declaró que “una chica con metal es genial, el metal se mueve, es brillante, es venusiano. Acaricia el cuerpo, aporta proporción a la luz, al movimiento…”. Esta apreciación sensorial se complementa con el sonido que emana de la indumentaria cuando la modelo avanza por la pasarela. Cada paso genera el vaivén de todas las piezas y una musicalidad peculiar. Y ahí, detrás de esas sensaciones, brillantes maestros de la casa parisina hacen su trabajo, el más distinguido de todos. En este contexto, un referente fundamental en los 55 años de trayectoria de la marca es el vestido que el fundador ideó para François Hardy en 1969, confeccionado con placas de oro, incrustaciones de diamantes y nueve kilos de peso. Luego, se unieron otras musas audaces, como Audrey Hepburn en ‘Two For the Road’ (1967), Jane Birkin (que combinaba metal con jeans o un suéter), Brigitte Bardot y Jane Fonda en ‘Barbarella’ (1968).

Cortesía de Paco Rabanne

MODERNO Y REVOLUCIONARIO

La luz entra por los ventanales del taller y se refleja en cientos de elementos dispuestos sobre la mesa de trabajo, donde también hay herramientas, alambres y argollas. Otros ya están ensamblados en la prenda que viste un maniquí. Pueden ser círculos, flores, estrellas, rombos, cuadrados o discos perforados articulados con anillos, eslabones y remaches metálicos que dan vida a un nuevo desafío bello y apasionante. “Cuando pienso en Paco Rabanne, no pienso en retro, pienso en revolución, rebelión y renacimiento”, expresa Julien Dossena. Cada pieza tarda semanas en desarrollarse desde que el boceto está terminado. El creador francés comenta que, a pesar de la rigurosidad, el proceso es intuitivo, de ensayo y error. Su talento radica en reinterpretar al célebre fundador, diseñador y arquitecto. Su inspiración se enfoca en los sólidos valores y raíces de la casa, que le permiten acudir al archivo y trasladarlo al presente. También se preocupa constantemente de experimentar con nuevos materiales, así como de dignificar la artesanía, un sello de Paco Rabanne: “el metalúrgico”, como lo denominó Coco Chanel. De esta manera, continúa vigente la mirada del artista de 87 años, que en 1963 quebró los cánones de su época creando accesorios, joyas y prendas con metal martillado, aluminio, cuero y papel. Aquí es indispensable mencionar el ‘Bolso 1969’, otro hito histórico reeditado el 2011, capaz de unir el pasado y el presente a través de la técnica artesanal. Compuesto por 367 discos plateados ensamblados a mano, es la expresión de la identidad de Paco Rabanne. El diseño original, disponible en el sitio corporativo junto con una atractiva línea de modelos, se conserva con una actualización significativa: un cambio del pesado acero al aluminio, más liviano con acabados en plata y oro. En 1939, cuando Paco Rabanne tenía cinco años se exilió junto a su madre en Francia, tras el fusilamiento de su padre durante la Guerra Civil Española. Su mamá, que llegó a ser jefa de costureras de Cristóbal Balenciaga, lo empoderó para ser osado, moderno y revolucionario. Cuando su hijo ya era famoso, ella le hizo una advertencia: él no tenía derecho a destruir la belleza de una mujer.

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Texto por Andrea León P.

Imágenes Cortesía de Paco Rabanne

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