DÍA DE LA TIERRA: EL COSTO DE IR A LA MODA
POR CAMILA LAGOS - abril 23rd, 2022
Como cada 22 de abril, el mundo conmemora el Día de La Tierra. Como amantes de la moda no podemos estar ausentes de la reflexión en torno a esta y la crisis climática. Tampoco podemos omitir que la industria de la moda es el segundo rubro más contaminante. ¿El primero? La ganadería. Sin embargo, no hablaremos de la importancia de cambiar los hábitos alimenticios, más bien, los de consumo relacionados a la moda y el fast fashion. En conjunto, el mercado textil genera más 92 millones de toneladas de residuos al año, de los cuales, entre el 75 y 85% se quema o acaba en vertederos. A este ritmo, el sector, para 2050, será responsable de un 25% de las emisiones de efecto invernadero, algo así como 1.2 billones de toneladas de CO2. Cifras impactantes que, por más que tratemos de reducir, parecieran solo aumentar.
Claro, la industria, en especial las firmas de Alta Gama o aquellas pertenecientes al slow fashion están tratando de cambiar esta realidad con el uso de materiales orgánicos, el reciclaje y otras practicas sustentables. Bueno, en realidad, lo están haciendo ahora y no por voluntad propia, sino, por las nuevas legislaciones que se han adquirido en Europa. Por ejemplo, tan solo entre 2017 y 2018, el grupo Richmont (propietario de Cartier, Piaget, entre otros) incineró más de 421 millones de dólares en mercancía no vendida. Lo mismo que Burberry, Louis Vuitton, Hermés y Céline. Por su parte, el fast fashion también hace lo suyo y gran parte de sus productos no vendidos terminan en vertederos como el del Desierto de Atacama. Al este de Iquique, en el norte chileno se extiende el que resulta ser el basural (de ropa) más grande del mundo. Toneladas y toneladas de prendas nuevas y usadas que están a punto de incinerarse ante aridez del desierto.
Cortesía de Getty Images
- Desierto de Atacama
- Stella McCartney
Solo basta con darse una vuelta por Zara o H&M; sus vitrinas cambian cada mes, demostrando el poderío industrial que tienen. Incluso, esta data se acorta y tan solo en dos semanas ya podemos encontrar alguna tendencia nueva en las tiendas. Y ok, Zara y H&M contaminan de formas monumentales, pero la irrupción de Shein es aún más intensa –y dañina–. El gigante asiático se caracteriza por sus precios económicos y gran variabilidad de prendas. También, por los descarados plagios a pequeñas marcas y por su imbatible rapidez. Diariamente, la empresa introduce cerca de 314.877 diseños nuevos. Mientras que sus pares alcanzan un total de 11.263 estilos en conjunto. Shein ha impactado el fast fashion con una velocidad de producción sin precedentes, un super fast fashion que arrasa con todo, y que en días como hoy, nos lleva a cuestionar lo que consumimos.
¿De dónde vienen los materiales de nuestras prendas? ¿A dónde van a parar una vez que ya no las usamos? En días como hoy, aquellas preguntas cobran sentido y también, el hecho de que, para producir tan solo una polera de algodón convencional, se requieren más de 700 galones de agua. El costo de ir a la moda es el costo del planeta. Y con esto no buscamos que rehúyas de las tendencias o que no disfrutes de la moda, más bien, que redefinas lo que consumes. Con un par de básicos tienes para crear un sinfín de los looks. Sobre todo, si inviertes en marcas de calidad, cuyos textiles cuenten con certificados y sus procesos de producción estén acorde a las normas internacionales. ¿Tiene que repetir una prenda? ¡Qué importa! Vestir bien es actitud, y amar la moda es comprender que esta va más allá del fast fashion. Es un arte donde la creación se estampa en movimientos y géneros, texturas y diseños.
Comprar menos y comprar mejor. Ese es el llamado que hacemos, mientras la Tierra es consumida por las y los propios humanos que la habitan, desgastándola y secándole las venas en pro de tendencias y estilos pasajeros. Y esto, solo en cuanto a medioambiente, ya que las vidas que cobra la fast fashion son tantas como los desperdicios que produce. ¿Qué esperas para cambiar tus hábitos de consumo? No hay un planeta B. El momento es ahora.
Cortesía de Getty Images
- Stella McCartney
- Tommy Hilfiger
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