Con una mente innovadora y ecológica, Stella McCartney sorprende con cada una de sus colecciones y la de otoño-invierno 2021 no es la excepción. Diseños juveniles, novedosos y por supuesto, extravagantes son los componen a la letra “D” del Manifiesto de la A a la Z de la británica. Un abecedario visual donde D is for Desire, una expresión del deseo y la necesidad de salir que ha surgido con las cuarentenas obligatorias por la crisis mundial del Covid-19.

Siluetas que reflejan el anhelo de ir a fiestas a través de los llamativos colores que componen las piezas con aires setenteros creadas por McCartney, entre ellas, un vestido camisero verde neón, con mangas largas y de tipo murciélago que recuerda a las vestimentas de Woodstock o los pantalones con patas de elefante extragrandes que se apoderan de “D for Desire”. Una colección de la que se hacen parte, los estampados psicodélicos y las lentejuelas en forma de enteros y vestidos ceñidos al cuerpo que invitan a bailar con la elegancia y la sostenibilidad característica de la diseñadora británica.

“Hay valentía y novedad en la juventud”, afirma McCartney, quien plasma estas características en la D, mezclándolas con el glamour y la opulencia de sus innovadores diseños que rescatan la frescura de los 70s y se sienten como “un nuevo comienzo para la marca”. Un renacimiento para una firma poco tradicional donde, tras un año de cambios y reflexión, han llegado a la conclusión de que es una empresa “tan joven en muchos aspectos, el sistema de creencias y cómo no llegamos a nada de una manera convencional”. Energía expresada en las siluetas de la colección presentada en el Museo Nacional Británico de Arte Moderno (Tate Modern).

De esta manera, y con 20 años de trayectoria en la industria de la moda, Stella ha revolucionado los paradigmas de ésta en cuanto a sostenibilidad y cuidado ambiental, valores presentes todos sus diseños y que, de acuerdo con sus propias palabras, reflejan su espíritu. Uno juvenil y comprometido con las causas ambientales, de forma que el 77% de los materiales utilizados en “D for Desire” son sostenibles, orgánicos y certificados. Así, las lanas provienen de granjas seleccionadas por sus regulaciones respecto al bienestar animal mientras que las brillantes lentejuelas de sus vestidos son libres de PVC.

Cortesía de Stella McCartney