Pareciera ser que el mundo del maquillaje crea técnicas o estilos nuevos constantemente y con nombres cada vez más peculiares como “latte makeup”, “strawberry makeup” o “glass skin”. Muchas tendencias van y vienen, pero el “cloud skin” llegó para quedarse y tomará más fuerza este año. Esta técnica es el intermedio para quienes están aburridos de los looks exageradamente luminosos, pero se niegan a volver a la época de maquillajes opacos y poco dimensionales. La creciente popularidad de esta técnica se debe a su capacidad única para ofrecer una apariencia fresca y etérea. Fusionando lo mate con lo luminoso en un equilibrio perfecto, logra una piel impecable y suave, reminiscente de las nubes.

¿La clave para alcanzar este efecto celestial? Una piel muy hidratada como lienzo y la aplicación estratégica de productos. Solo a través de una meticulosa preparación del cutis se logrará que ese brillo saludable vislumbre a través de la base. Para aquello se necesita un suero y crema hidratante. La posterior mezcla de una prebase luminosa y una base de acabado mate desempeñan un papel crucial para alcanzar una piel lisa y difuminada. Para devolverle vida y dimensión al rostro se puede hacer uso de corrector, bronceador y rubor. Como último paso debes sellar nuestro lienzo primero con un spray fijador y luego con un poco de polvo translúcido.

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El efecto cloud skin ha ganado fieles admiradores debido a su versatilidad y capacidad de adaptarse a todos los tipos de pieles. Es el compañero perfecto para cualquier ocasión, desde un look radiante y natural para el día a día, hasta un maquillaje extravagante y sofisticado para celebraciones de noche. Su alta adaptabilidad y belleza atemporal nos asegura que este año estará destinado a ser una de las técnicas más queridas en el mundo del maquillaje, encantando a todos aquellos que busquen un look que emane elegancia contemporánea.

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