Una presentación de Kylie Minogue y la presencia de Keira Knightley y Lucy Boynton enriquecieron la celebración de ‘Chanel Tweed Haute Joaillerie’ en el Museo Británico de Londres. Una jornada excepcional, donde cada rostro y amiga de la maison deleitó con piezas selectas: collares de oro blanco de 18 quilates y con diamantes, o pendientes de oro rosa también de 18 quilates. Joyas enraizadas en el tweed, aquel material que Gabrielle Chanel descubrió durante un paseo por la naturaleza salvaje de Escocia en los años veinte. Fue el duque de Westminster quien la introdujo a las sofisticadas lanas que, más tarde, dieron vida tanto a la marca, como a cada una de sus creaciones. Un ícono que ha trascendido las barreras de textil y se ha convertido en una exquisita combinación de piedras y metales preciosos que le rinden tributo.

Tweed Mademoiselle, Tweed Dentelle, Tweed Pastel y tantas otras piezas que celebran el material más emblemático de la moda. “Para esta nueva colección de Alta Joyería dedicada al Tweed, quería ir más allá en la interpretación creando un verdadero tejido de piedras preciosas, ligero y flexible”, comentó Patrice Laguéreau, director del Estudio de Creación de Alta Joyería de Chanel. Básicamente, el encargado de reproducir el textil en minerales preciosos como el oro blanco, amarillo o rosa. Junto a él, diamantes que encuentran la inspiración en la naturaleza y que, a pesar de su dureza, se presentan con una suavidad sublime, tal como aquellas ligeras, pero cálidas chaquetas de lana que le sirvieron de abrigo a Gabrielle ante el duro clima escoses. Una contradicción que, sin embargo, cobra sentido ante los parajes que dan vida a las joyas de esta colección.

Cortesía Chanel

Cinco capítulos para un mismo cuento. Con cada entrega, la maison celebra el material que le da vida. Eso sí, una colección que se remonta a 2020, cuando Laguéreau creó, por primera vez, ‘Chanel Tweed Haute Joaillerie’. En aquel momento fueron 45 joyas las diseñadas para homenajear el tweed. No obstante, en esta oportunidad se trata de 63 nuevas piezas de Alta Joyería que se desenvuelven como una oda al textil. Pulseras, anillos, collares y pendientes excepcionales, que reproducen la flexibilidad del material en creaciones magnificentes, con audacia y sutileza. “Mi sueño era crear un conjunto de tweed con piedras preciosas”, dijo Patrice, consiguiendo su objetivo y plasmándolo en cinco nuevos “tejidos de joyería en tweed”. A la vez, con cinco colores diferentes y cinco adornos que celebran la herencia de la casa. Una cinta blanca, la Camelia rosa, el comenta sobre un fondo azul, el sol amarillo y el león resaltado con destellos rojos. Un todo en uno que recrea los encantos del tweed en piezas con engastes reimaginados y un trabajo artesanal único; mismo que fue festinado en el Museo Británico de Londres, donde cada embajadora de la maison se encargó de personificar el espíritu de la entrega con prendas pret-a-porter y una belleza inaudita, extraída de los laboratorios científicos de Chanel Beauty.

Cortesía Chanel