La casa de Céline Schumann en Santiago de Chile es exactamente como uno lo imaginaría al conocer su estilo: luminoso, lleno de detalles vintage, con una vibra cálida que combina perfectamente con su personalidad. Cuando abre la puerta, su sonrisa desarma cualquier formalidad. Está vestida con un conjunto que parece casual, pero que, al observar con atención, revela el cuidado detrás de cada prenda: una blusa blanca oversize, unos shorts de denim que ella misma intervino y obviamente sus zapatillas regalonas, las Adidas Gazelle rojas que combinan con el labial color borgoña que decidió llevar esa mañana. “Siempre estoy moviendo cosas, cambiando espacios”, dice mientra nos invita a sentarnos en una sala decorada con muebles que parecen haber sido rescatados de un mercadillo parisino y restaurados con amor. Una taza de té verde descansa sobre la mesa, y mientras habla, juega con el borde de la taza, un gesto que parece reflejar su constante necesidad de crear, transformar y  hacer.

La pasión de Céline por la moda no es casualidad. “Mi mamá es diseñadora, así que literalmente crecí entre patrones y telas. De niña me fascinaba verla dibujar vestidos o atender clientas. Incluso me pedía mi opinión para algunas piezas. Supongo que desde entonces entendí que la moda podía ser un medio para expresarse”. Su voz se ilumina al recordar esos días, como si pudiera transportarse de vuelta al taller de su madre, con el aroma a tela recién cortada y la vibración de las máquinas de coser trabajando sin descanso.

Hoy, con 23 años, Céline es mucho más que la hija de una diseñadora. Su cuenta de TikTok acumula más de 2 millones de seguidores, y su mensaje de moda sustentable, que mezcla creatividad con conciencia, la ha posicionado como una de las influencers latinoamericanas más relevantes en el ámbito. Pero el inicio de su carrera en redes fue tan espontáneo como inesperado. “Comencé a subir videos en pandemia, en 2020. Estábamos todos encerrados y me aburría mucho, así que agarré un polerón viejo, lo intervine y subí un tutorial. Esa misma noche gané 100 seguidores, y para el final de la semana ya tenía 10.000. Fue una locura”. Sus videos no solo muestran cómo transformar ropa vieja en piezas únicas; también revelan una conexión más profunda con el diseño. “Para mí, la moda es un outlet creativo. Es la manera en la que puedo tomar algo y convertirlo en algo completamente nuevo. Me encanta que la moda sea un reflejo de cómo nos sentimos”, confiesa.

Cuando le pregunto: ¿quiénes son tus referentes? “Carrie Bradshaw. Sé que es un personaje ficticio, pero su estilo es todo lo que sueño. Ella no tiene miedo de experimentar y usa tacones hasta para ir a la esquina. También admiro a Matilda Djerf. Su estilo minimalista y juvenil es simplemente perfecto”.  En la conversación, Céline se muestra natural, auténtica, casi como si olvidara que está siendo entrevistada. En un momento, mientras habla sobre sus sueños, suelta una frase que parece capturar su esencia: “Quiero ser conocida por inspirar a las personas, no por polémicas o temas superficiales. Todavía no sé exactamente en qué quiero dejar mi huella, pero quiero que sea algo que de verdad importe”.

Cortesía Céline Schumann

Cuando no está creando contenido, Céline se refugia en sus hobbies, que son un reflejo de su sensibilidad y amor por la estética. “Me encanta la costura, pero también disfruto el diseño de interiores. Siempre estoy renovando mi casa, buscando muebles nuevos o moviendo cosas de lugar. Además, la cocina es mi terapia. Me encanta preparar recetas saludables y cocinarles a las personas que amo”.

Al final de la entrevista, Céline confiesa un sueño que parece ser el hilo conductor de su vida. “Me encantaría vivir al menos un año en París. Es mi ciudad favorita, no solo porque inspira, sino porque está llena de historia y arte. Mi mamá estudió moda allá, y siento que hay una conexión especial entre esa ciudad y nuestra familia. Caminar por sus calles me llena de ideas”. Mientras salgo de su apartamento, veo cómo vuelve a la mesa y toma hilo y aguja. Es una imagen que resume perfectamente a Céline Schumann: una joven que transforma lo ordinario en extraordinario, que busca inspiración en el pasado, pero tiene los ojos puestos en el futuro, y que, sin importar lo que haga, siempre deja su huella creativa en todo lo que toca.

Cortesía Céline Schumann