Entre plumas, brillos, corsés, con lentejuelas, medias caladas y labiales rojos, la fantasía y el glamour artístico tuvo lugar en el Chile de los 50. Específicamente, en el antiguo Teatro Ópera, ubicado en calle Huérfanos 837. Hasta el corazón de Santiago llegaban mujeres y hombres para deleitarse con una de las revistas más famosas del país, pero también, de los países colindantes: el Bim Bam Bum. Con él se transformó la bohemia chilena, pero contrario a lo que se piensa, este era un espacio familiar, donde el burlesque y el pintoresque se mezclaban para derivar en el teatro de revista. Espectáculos que potenciaban el humor, la crítica y la picardía de formas glamorosas, que, por momentos, recordaban ese ambiente de cabaré parisino, muy al estilo del Moulin Rouge. Y cómo no, si esa fue la inspiración del uruguayo Buddy Day.

Fundado en 1953 por Antonio Felis Peña -más conocido como Buddy Day- el Bim Bam Bum marcó un antes y un después en la sociedad chilena. Pero no solo por su forma de plasmar el arte, si no por el estilo y la opulencia que rodeaba a las coristas. Actrices, cantantes y bailarinas. En definitiva, divas del show, que ensayan día y noche para estar en primera, ser parte del espectáculo principal o incluso, alcanzar la fama. Plumas y brillos de lentejuelas que se mezclaban bajo un halo de sensualidad y misterio, donde el Cha cha cha marcaba el ritmo. Con curvas al estilo de Marilyn Monroe, las vedettes se robaban las miradas con una gracia innata, en la cual, la fantasía artística se ensalzaba por el destello de las luces y las joyas.

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En el escenario, trajes de dos piezas. Por lo general, un sostén y un calzón brillante, medias oscuras y tacones aguja. ¿Fuera del escenario? Dependía del evento. Para la vida diaria, algún traje sartorial propio de la época y para las opulentas fiestas con la alta sociedad chilena, un vestido de seda. Los guantes no podían faltar, tampoco los tocados que, en conjunto, creaban looks tan minimalistas como elegantes. Por supuesto, estos escondían una sensualidad única y glamorosa, que emergía entre tablones y vestidores para apoderarse de la bohemia chilena. Una que contó con la presencia de destacadas divas de la noche como Pitica Ubilla, Peggy Cordero o Maggie Lay. También, de Nita Raya, Xenia Monti y Moria Casan. Vedettes que pasaron por las tablas del Ópera, dejando un legado protagonizado por las plumas y el brillo afrancesado.

Además, estos fueron llevados a la ficción bajo el guion de Luis Ponce y la dirección de Matías Stagnaro, quienes se inspiraron en el icónico lugar para la miniserie de 2013: Bim Bam Bum. Una producción audiovisual de 11 capítulos protagonizados por Juanita Ringeling, Celine Reymond, Bastián Bodenhöfer, Andrea Dellacasa, Pablo Cerda, entre otros. En conjunto, el elenco se mueve entre el suspenso y el drama de una historia policial, que cuenta con la opulencia, la fantasía y la magia del teatro. Sin duda, una serie ineludible si te interesas en el pasado y la bohemia teñida de esos pintorescos y elegantes devenires del burlesque.

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