Aunque no lo creas, el sueño debería ser el paso más importante en tu rutina de cuidado de la piel. Las horas que le dedicamos son mucho más que descansar, dormir poco no afectará solo al humor con el que te levantas o lo que rindes en el día. La piel paga las consecuencias también. Esto se debe a que al dormir baja el cortisol, conocido como la “hormona del estrés, aumenta la melatonina, que es la hormona del sueño, entonces el cuerpo entra en un estado de reparación.

Las horas de sueño son importantes para la producción de colágeno, que se ve comprometido con la presencia del cortisol elevado. Cuando la piel no produce el suficiente colágeno aparecen las líneas en la tez y se pierde la elasticidad. Además, la presencia del cortisol reduce la cantidad de oxígeno y nutrientes de la dermis, llevándola a lucir opaca y amarillenta. Según la dermatóloga Whitney Bowe: “Los estudios demuestran que las nuevas células de la piel crecen más rápido mientras duerme”. Por lo que para complementar los beneficios del Beauty Sleep, es importante tener una rutina de limpieza e hidratación completa antes de irse a dormir.

También, aunque pueda parecer insignificante y exagerado, es conveniente cambiar la funda de las almohadas cada dos días, ya que el rostro está en contacto directo con ella y va acumulando células muertas. Si no está lo suficientemente limpia, influye en la aparición de espinillas. El tiempo que uno le dedica a dormir es fundamental, las suficientes horas de sueño son entre siete y ocho, las cuales ayudan a retrasar la aparición de arrugas y los signos de envejecimiento. Además, la dermatóloga Bowne sugiere dormir boca arriba, ya que: “La presión repetida sobre la piel, causa arrugas y puede, eventualmente, conducir a líneas fijas”.