La fotografía en blanco y negro fue el inicio de todo. Hoy, a pesar de los increíbles avances digitales, esta técnica se mantiene más vigente que nunca. ¿Qué es lo que vemos detrás de una expresión en blanco y negro? ¿Qué es lo que nos inspira la falta de color? La moda tiene varias explicaciones. Por un lado, el minimalismo que inició siendo parte única del clóset masculino, donde primaban la simplicidad y la discreción, lo que se fue expandiendo como un básico para ambos sexos. Se extendió a lo que conocemos como ropa elegante y sofisticada, donde esta dualidad comenzó a tomar fuerza a través de una camisa blanca impoluta y un traje sastre de color negro.

El paso al color en los cines y la televisión no fue influyente para dejar esta tonalidad de lado. Había algo en la oscuridad que atrajo al espectador, un balance entre lo bueno y lo malo. En esa línea la industria del vestir estaba al mando. Todo lo que nos rodeaba estaba repleto de mensajes y movimientos plasmados en la ropa. Desde la publicidad en  las calles hasta ese pequeño anuncio de etiqueta. Pero hay quienes se han apoderado de estos dos fenómenos de luz y los han hecho suyos a través de un tipo de arte. Hablamos del claro ejemplo de la originalidad en esta dualidad cromática: Olivier Rousteing, el diseñador que desde 2009 ha llevado el mando de Balmain. Han sido años de un “nuevo estilo francés” que él creó, aunque su visión de la elegancia es mucho más disruptiva. La moda no es solo la unión de retazos y texturas, es un arte complejo que Rousteing ha sabido representar. Sobre el diseñador hay una historia detrás, una que no ha estado solo vinculada a aciertos en la academia textil, sino también a experiencias que él mismo ha compartido con sus seguidores (que, por cierto está, en Netflix).

Cortesía Balmain

ROUSTEING: MODA PARA TODOS

Olivier nació en un orfanato de Burdeos, donde fue adoptado cuando tenía cinco meses de vida. A pesar de que se le brindó todo el amor que necesitaba, asegura que siempre sintió estar incompleto y algo en él buscaba su verdadera identidad. En el proceso descubrió lo que realmente le apasionaba y que lo llevó a viajar a la gran ciudad del amor, el mundo de la moda. Antes de llegar a la firma que lo mantiene hasta el día de hoy como uno de los diseñadores más reconocidos del mundo, estuvo Roberto Cavalli. Algo que tiene mucha lógica. Parte del trabajo actual de Rousteing está basado en la excentricidad que conocemos de la firma italiana. Pero su llegada a la casa francesa fue como una explosión de creatividad. Desde el inicio confiaron en su compromiso con la diversidad y, especialmente, con el empoderamiento femenino. Una moda para todos y todas que no tardó en llegar a las páginas más leídas y a las pasarelas con mayor seguimiento mundial.

Todo inició para Balmain en 1945 cuando Pierre Balmain decidió darle su apellido a esta nueva marca. Pierre Alexandre Claudius Balmain nació en mayo de 1914, en Saint Jean de Maurienne. El mundo de la costura nunca fue ajeno para él, ya que su padre se dedicaba al negocio de las telas. Años más tarde, de regreso del servicio militar, partió como aprendiz en diversos talleres para, por fin, un 12 de octubre crear su propia marca. Muchos lo llamaron la “nueva sensación de París” y en muy poco tiempo construyó un legado tan importante que no fue difícil de perseguir. Incluso, desde… CONTINÚA LEYENDO EN ISSUE #53

Cortesía Balmain