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BALENCIAGA COUTURE: DEL FUTURO A LAS RAÍCES DE LA ALTA COSTURA

POR CAMILA LAGOS - julio 7th, 2022

Probablemente, la colección más esperada de la semana. El año pasado, cuando Demna devolvió la Alta Costura a la industria, esta quedó hipnotizada ante aquellos sublimes diseños, cargados de emoción y referencias al verdadero padre de la Haute Couture: Cristóbal Balenciaga. Sin cortes y con a penas una tela, el diseñador era capaz de crear piezas de arte ponible. Siluetas rimbombantes, voluminosas y estructuradas que, para el Couture FW21 fueron homenajeadas por el georgiano, quien, hoy, manifestó su propia esencia, dejando los archivos y explorando un futuro distópico. Con la música de BFRND y Gustave Rudman, y un poema de amor relatado por una Inteligencia Artificial (IA), la pasarela de la 10 Avenue George V, se abrió paso entre las y los invitados. Como en una invasión alienígena, las modelos comenzaron a salir una tras una, con caminatas robóticas y rostros perfectamente cubiertos. Protectores reflectantes que, como un pasamontaña, se extendieron hasta el look 38. De ahí en adelante, las raíces más puras de la alta costura comenzaron a asomarse.

La 51° colección de Alta Costura de Balenciaga y la segunda en manos de Demna. Un Couture que iba del futuro al pasado, y del pasado al futuro en búsqueda de un nuevo mañana. Definido por la sinceridad y lo personal que puede ser una palabra, una frase o un poema como el que abrió el show. “Je t’aime es la palabra más hermosa del idioma. Me di cuenta de que la Alta Costura, lo que hago, es lo único que amor hacer y quiero estar haciendo. Y de alguna manera, esta fue una carta de amor a la persona que más amo en mi vida y al trabajo, el arte que hago”, comentó el diseñador en relación con la entrega y la voz IA que la acompañó. Envueltos en trajes de neopreno negro, los humanoides de Balenciaga lucieron aquellas formas bien definidas que han definido el trabajo del georgiano.

Cortesía de Balenciaga

Bodysuits perfectamente ceñidos al cuerpo, como si fuese un traje de buceo y vestidos o abrigos en la misma línea; hiperextravagantes, pero a la vez, sumamente minimalistas. Látex, aros reciclados, tweed y hasta cristales. Estos últimos, hilados por la pasión a la Alta Costura y entrelazados como un vestido que ilumina el neopreno japones. La viscosa fue otro de los materiales empleados tanto en chaquetas como pantalones o minivestidos que acentuaban las cinturas. En la parte superior, hombreras marcadas que se reprodujeron por varios looks, incluso, aquellos cuyas mezclas de tweed y seda evocaban la tradición de Chanel. Aunque claro, de una manera suprema, estilizada y cambiante. Eso en cuanto a la primera parte. La segunda, una urbana, que toma el streetwear y lo convierte en Alta Costura. Jeans y poleras hechos a medida, y estas, como recién sacadas de la lavadora, impactadas por el viento y una técnica escultórica que las deja inmóviles.

Cortesía de Balenciaga

De ahí en más, siluetas que ya hemos visto en Balenciaga x Demna, donde polerones, busos estampados de denim, chaquetas y más, aluden no solo al protagonismo del diseñador en la moda actual, sino también, el interés de la Gen Z -principalmente- en la moda de autor y Alta Costura. Ya casi al final del show, el futuro distópico y el streetwear de Haute Couture, desaparecieron, dejando que las raíces del Couture enseñaran su majestuosidad. Las siluetas de Cristóbal se plasmaron en materiales contemporáneos y figuras actualizadas, mientras que el gazar dio forma a los vestidos finales. Piezas extremadamente voluminosas y pomposas que sellaron su paso -como de costumbre- con un aparatoso vestido de novia; cubierto de cristales y con espalda en escote en V. Pero tan sorprendente como los diseños, fueron las figuras que llevaron looks: Kim Kardashian, Dua Lipa, Nicole Kidman y Naomi Campbell.

Cortesía de Balenciaga

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