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Lifestyle

BAL HARBOUR VILLAGE: UN OASIS DE ELEGANCIA FRENTE AL MAR

POR CAMILA LAGOS - septiembre 1st, 2022

Un enclave de estilo y contemporaneidad. Playas prístinas, arenas blancas, aguas turquesas y los mejores complejos hoteleros. En definitiva, un oasis de elefancia frente al mar. Eso es lo que ofrece Bal Harbour Village, una pequeña villa ubicada en Miami-Dade. Un paraíso cuidadosamente diseñado tanto para lo mejor de la vida residencial como para el turismo más exquisito al sur de Florida. Casas, condominios, tiendas de alta gama y todos los esenciales de un pueblo de ensueños que durante 2021 celebró su 75° aniversario. Sin embargo, su desarrollo y gestación comenzó mucho antes, precisamente, en 1929, cuando Robert C. Graham imaginó un edén subtropical moderno y opulento. Miami Beach Heights, una corporación de desarrollo inmobiliario con sede en Detriot, compró aquellas tierras vírgenes y con Graham a la cabeza, además de sus socios Carl Fisher y Walter O. Briggs, iniciaron la planificación de la idílica zona.

Más de siete décadas después, la villa continúa prosperando y si bien fue durante el año pasado que celebraron su 75° aniversario, Bal Harbour sigue en la búsqueda de perpetuar sus estándares excepcionalmente altos. Nuevos ingresos a la playa, más muelles, una sala multiuso y la construcción del primer parque frente a la costa. Aquellos fueron algunos de los proyectos lanzados para celebrar el magno evento; mismo que se encuentran en ejecución y que realzarán la exclusividad de la zona. Ahí, los mejores hoteles del mundo se ensamblan como una odisea turística. Una ruta donde el escapismo cobra vida en torno a la buena vida, comidas exquisitas, tragos opulentos, reposeras junto a piscinas y palmeras por doquier. El arte también se vive en el distrito, ya sea a través de los distintos centros culturales o dentro de los espacios hoteleros.

Cortesía de Bal Harbour

Por ejemplo, el el Ritz-Carlton envuelve una exquisita colección de arte público.  Una escultura de Richard Deutsch en la entrada o un óleo de Ed Moses en lobby. Un Darren Waterston, un collage escultórico de Joe Walters o las creaciones de Stephen Talasnik. Y así. Una extraña mezcla de elegancia informal y sofisticación urbana, eso es y ofrece el hotel. Dentro de él, la vida nocturna, el floreciente ambiente artístico y la relajación propia de la playa se unen para crear un ambiente único. Acceso de boutiques de alta gama, ingredientes culinarios del mar a la mesa e incluso tratamientos con vistas al Atlántico. El Spa del recinto, un oasis de tranquilidad transformadora. Con terapias basadas en elementos y tradiciones locales y terapeutas cuya idea sobre bienestar trasciende del cuerpo a la mente.

El Sea View Hotel lleva los estándares europeos a Bal Harbour. Por supuesto, con vistas al océano Atlántico o la Bahía de Biscayne, y todo, desde una renovada y amplia habitación de diseño. Tomar sol, nadar, corree por la costa o explorar los senderos alrededor de la playa se vuelve una experiencia única y personalizada desde este espacio. Un oasis íntimo y opulento, cuyo paisaje impresionante se baña en las aguas marinas y sorprende con los mejores amaneceres. Un servicio excepcional y personalizado para cada huésped. Un lugar que, sin pretensiones, lleva la elegancia a nuevos, pero discretos niveles. Incluso, con suit completamente habitables, con sala de estar, comedor y cocina. El Sea View lo cubre todo. A pocos minutos de distancia, South Beach, tres campos de golf y unas canchas de golf de la PGA. También, el Bal Harbour Shops, aquel exclusivo lugar que converge las boutiques de diseñadores de alta gama y los restaurantes más elegantes.

Cortesía de Bal Harbour

Pero el paseo por no termina ahí, sino en el St. Regis Bal Harbour Resort. Un hotel con distinción cinco estrellas Forbes y galardonado con cinco diamantes de la AAA en Miami. Está ubicado frente al mar y absolutamente todas sus habitaciones tienen vista al azul del Atlántico. Con piscinas temperadas y abiertas las 24 horas, hidromasaje y terrazas al aire libre, el espacio ofrece una estadía personalizada para huésped. Además, cuenta con un gimnasio completamente equipado y tecnológico, de estilo italiano e incluso con clases de gimnasia gratuitas, pero también, con un elevadísimo centro de Spa donde la relajación encuentra su epitome. Una experiencia que converge comodidad con sofisticación, alta gama y actividades para toda la familia, destacando el senderismo o el alquiler de bicicletas. Claro, la comida igual cumple un rol fundamente y aquí, la cocina internacional se congrega con platos italianos, estadounidenses, franceses y japoneses. Gastronomía pensada en los gustos de cada persona y hasta en los distintos momentos que puedan pasar dentro del St. Regis; comidas casuales, formales e informales. Cafés a la mañana o cocteles por tarde. Todo, en un opulento edén playero en el cual el descanso se transforma en un contemporáneo estilo de vida.

Cortesía de Bal Harbour

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