La noche quedó impregnada por los trajes de lentejuelas que presentó Armani Privé. Seleccionaron las prendas que parecen hechas desde un solo concepto: la naturaleza de una flor. Con ello, se crearon trajes que parecían de otra época, pero delicadamente puestos en la edad moderna. Las prendas eran satinadas y se movían con fluidez; sin embargo, cumplían con la estructura de un traje formal. Se utilizaron muchas tonalidades metalizadas y contraste con rojo y rosa. En todos los atuendos había relieves, texturas voluminosas y una entretenida oda a las rosas.

Había trajes de dos piezas, vestidos extralargo y con capas, y también, pantalones de corte recto. El rojo italiano se apoderó de gran parte de la colección. Estaba en diversos vestidos, con diferentes escotes y mangas. Con aplicaciones florales y detalles primaverales en cada lugar; todos, de un rojo intenso único. Al mismo tiempo, la línea completa de lentejuelas negras que se apoderó de largos y ajustados vestidos que parecían no terminar. Estaba tan plasmada la idea de las flores, que las pudimos ver en cada rincón.

Cortesía Armani

Las vimos en mangas extragrandes, compuesta por cientos de camelias hechas a mano, combinados con un escote hecho a base de brillos y algo de transparencia. Las pequeñas rosas rojas también estaban fijas en pequeños tops que se combinaron con faldas largas y zapatos hechos de malla. El terciopelo es un clásico en la Alta Costura de Armani Privé y en esta colección, llegó en especiales trajes de cuerpo completo y en una mezcla de vestimenta tradicional flamenca. Fueron demasiados conceptos con sólo una fuente de inspiración, nada nuevo para la casa de moda italiana.

Cortesía Armani