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Opinión, Woman

ALTA, ALTA, ALTA MODA

Por MANUEL SANTELICES - diciembre 6th, 2023

Desde que fue oficialmente establecida en 1945, la Haute Couture es propiedad y privilegio de París. Solo ahí -y siguiendo una serie de severas normas y regulaciones- puede presentarse un show de “alta costura”, una definición que durante décadas ha sido tan aplaudida como vilipendiada, una práctica de moda descrita temporada tras temporada como al borde de la extinción, anacrónica, anticuada, políticamente incorrecta y uno de los bastiones que separan al muy detestado 0,001% más rico de la población del resto de nosotros. De acuerdo a The New York Times, en 2017 el número de clientes recurrentes de alta costura no llegaba más allá de mil personas. Con la progresiva desigualdad económica es posible que la cifra alcance hoy a… ¿1.200 o 1.500? Después de todo, ¿cuántos tienen los medios y el interés en gastar 50 mil dólares por una blusa Balenciaga o 250 mil dólares por un vestido de noche de Chanel, aunque haya sido sometido a numerosas pruebas para asegurar la perfección de cada corte y curva, y haya sido fabricado a mano durante extenuantes horas por las ‘petit mains’ de la maison en el atelier de la Rue Cambon? No muchos, claro está. Por lo mismo, la alta costura es tradicionalmente una inversión de pérdida para las grandes casas de moda, pero, al mismo tiempo, una inigualable herramienta de marketing para promocionar lipsticks, perfumes y otros productos que constituyen el ‘bread and butter’ de la industria de la moda.

Elitistas por naturaleza, en el último tiempo estos desfiles se han ido convirtiendo en un magnífico show de entretención masiva gracias a la irrupción de las redes sociales. Como espectáculo, son irresistibles. Un circo romano del nuevo milenio. En su última versión, presentada en julio pasado, el mundo entero pudo ver cómo representantes de las dinastías Hilton y Kardashian invadían París, lideradas por la gran estrella de la semana, la hiphopera Cardi B. “¡Cardi B! ¡Cardi B!”, aullaron con acento ‘gauloise’ los paparazzi y el público asentado a la entrada de los shows. Y Cardi B, bien consciente de su rol como carnada de Instagram, posó sonriente en un ajustado vestido negro con adornos dorados para Schiaparelli, un velo de oro, traje tricolor y cartera ‘reloj’ para Thom Browne, una malla pintada para Jean Paul Gaultier y un enorme abrigo de vuelos blancos que la cubría casi por completo para Balenciaga.

Cortesía Dolce & Gabbana y Balenciaga

Mientras, marcas como Armani o Fendi abandonan Italia para presentar su alta costura en París, Dolce & Gabbana hace lo contrario, prefiriendo presentar su show fuera del calendario francés e invitando a sus clientes VIP a Italia para un mega evento que, por norma, no puede denominarse haute couture, y que lleva en cambio el nombre de alta moda. No se trata de un simple desfile, sino de un exclusivo encuentro de cuatro días que incluye varias cenas y fiestas y la presentación de otras dos colecciones: Alta Gioelleria, dedicada a extraordinarias joyas y piedras preciosas, y Alta Sartoria, de moda masculina.

En el pasado, el evento se ha realizado en Venecia, Positano, Capri y el Valle de los Templos en Sicilia, hasta donde alrededor de 400 invitados han llegado a bordo de yates y jets privados para admirar los diseños de Stefano Dolce y Domenico Gabbana que, fieles a su tradición estilística, no escatiman en bordados, pedrerías y coronas. En 2017, The New Yorker viajó a cubrir la versión en Positano y se encontró con tal despliegue de alta gama y riqueza que hasta el propio Gabbana pareció impresionado. “Esta gente vive en otro mundo”, dijo el diseñador a Rebecca Mead, la periodista de The New Yorker. “Como cuando clientes me dicen: ‘La próxima vez que vengas, quiero que visites mi zoológico’. ¿Zoológico? Vivo en un departamento con tres perros y dos gatos. Para mí es sorprendente”. Gabbana, como recuerda Mead en su artículo, está en la lista de las 30 personas más ricas de Italia. Si en Positano hubo lacayos vestidos con chaqués del siglo XVIII abanicando clientes con plumas de avestruz -sí, los hubo-, Dolce & Gabanna decidió que su colección Alta Moda de Otoño 2023, presentada hace solo unas semanas, sería, relativamente hablando, la más simple y ‘real’ que hayan creado hasta ahora. El show fue realizado en Puglia, en el pintoresco pueblito… CONTINÚA LEYENDO EN ISSUE #52 SUSCRÍBETE AQUÍ.

Cortesía Dolce & Gabbana y Balenciaga

 

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