¡AL FIN! EL ADIÓS DE LOS SKINNY JEANS
POR CAMILA LAGOS - marzo 30th, 2022
A partir de – al menos – 2014 que distintos medios especializados en moda vienen anunciando el fin de los skinny jeans. Aquellos pantalones en forma de flauta y ultra ceñidos a las piernas ante los que sucumbimos en más de una ocasión. ¿Son cómodos? No realmente. ¿Quedan bien con todo tipo de cuerpo? Tampoco. Entonces, ¿Por qué? Probablemente, era lo que ofrecía el mercado y para ser justas/os, reinaron el mundo por más de una década. Ni siquiera los leggins o los palazzo pudieron acabar con la hegemonía de los pitillos. De hecho, en 2016, The Bussiness of Fashion (Bof) tildó de “exagerados” a los informes que hablaban sobre la “muerte” de los skinny y, en 2021, anunciaron que estos jamás morirán. Un año después, la situación parece haber cambiado y desde Bof ya explican qué modelos destronaron a los pitillos.
Pero volviendo a los informes de 2016 y 2021, Bof, en parte, tienen razón; la moda es cíclica y en reiteradas ocasiones nos ha sorprendido con el regreso de una y otra tendencia. Es más, los propios pitillos son parte de esos come backs. En los 50 surgieron gracias a Gene Autry y en los 60 se popularizaron mediante el rock and roll de Mick Jagger y los Rolling. A finales del mismo periodo, el movimiento hippie introdujo los pantalones acampanados. Y así, en los 80, los skinny volvieron con debilidad para rápidamente, desaparecer ante los straight y baggy jeans de los 90. Hoy, son estos mismos diseños lo que están marcando el adiós definitivo de los pitillos. Y no una despedida como las que se han anunciado durante los últimos 5 ó 6 años, sino, una definitiva.
Cortesía de Getty Images
Por lo menos, así lo han demostrado las estadísticas estadounidenses sobre las ventas relacionadas a los jeans. En 2018, el 41% de estas correspondía a pitillos; el 28% a pantalones rectos y el 15% a pantalones boot-cut. En 2019, los skinny mantuvieron aquella cifra, sin embargo, los straight aumentaron en un 1% y en contraparte, los acampanados tuvieron una tendencia a la baja. 2020 fue un poco distinto. Si bien los pitillos acapararon el total de las ventas, estas disminuyeron en un 6% en comparación con 2019. Mientras que los de corte recto y pata de elefante aumentaron su comercialización en un 3% y 2% respectivamente. Ahora, en 2021 llegó el gran cambio. Por primera vez, en más de una década de hegemonía, los pitillos pasaron a segundo lugar, cediendo su puesto al éxito noventero de los rectos.
Con un 33% de las ventas anuales, este modelo se alzó como el predilecto postpandemia, superando en tres puntos porcentuales a los pintillos y otros 15 a los boot-cut. Por supuesto, estos también tuvieron un alza significativa de acuerdo con las cifras de NPD Group, y en conjunto, la amplia variedad de pantalones que se enmarcan dentro de los acampanados o rectos han terminado el reinado de los pitillos. Pero ¿Qué nos llevó a optar por pantalones más holgados? Si analizamos los datos, la caída de los skinny coincide con el segundo año de pandemia. Una crisis sociosanitaria que nos tuvo en reiterados periodos de cuarentenas, buscando comodidad, estilo y libertad. Tendencias que se pudiesen llevar en casa y nos permitiesen escapar de la rutina, el encierro y los busos o pijamas. Paralelamente, concuerda con la nostalgia por los 90 y 00’s, y es probable que el auge de estas estéticas vaya de la mano con los pasatiempos de cuarentena: las películas.
Cortesía de Bof
Desde Clueless hasta 10 Things That I Hate About You o Mean Girls. Los éxitos adolescentes de los 90 y 2000 fueron el hogar de entretención al que recurrimos durante la pandemia y con sus estéticas en mente, replicar aquellos estilos se volvió una necesidad. En especial cuando creciste durante el apogeo del Y2k y eres parte del grupo que está cambiando las reglas de consumo y la moda: la Generación Z. Con sus aires evocativos, el afán por Tiktok y la irreverencia estilística de los 00, se han decantado por pantalones de siluetas más anchas y holgadas. Y no por alguna finalidad conservadora de ocultar el cuerpo, sino, de liberarlo a través de las vestimentas.
Baggy, wide-leg, straight, mom, boyfriend o boot-cut jeans. Las opciones son tan amplias como variadas al igual que su forma de uso. Con zapatillas o tacones. Con una polera normal o un top corto. Incluso, puedes escoger entre el – ya clásico – tiro alto o el más reciente come back de los 2000: el tiro bajo. Un resurgimiento del pasado que sacude la industria y le recuerda que todo es cíclico, diciéndole adiós a un emblema de la mezclilla. No por siempre, claro, pero sí, por un par de años. Y si te estabas preguntando qué hacer con viejos pitillos, puedes guardarlos para el futuro o ¡reciclarlos! El denim es eterno y de seguro aguantará otra pandemia.
Cortesía de Getty Images
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