Tras 125 años de opulencia y trayectoria, Kempinski Hotels, el grupo hotelero más antiguo de Europa llega a Sudamérica. ¿El lugar escogido? El sur de Brasil. Entre el acantilado de Canela en el estado Rio Grande do Sul y las vistas de la reserva ecológica del Vale do Quilombo. Específicamente, en el histórico hotel Laje de Pedra, que ahora renacerá como el Kempinski Laje de Pedra Hotel & Residences. El establecimiento -mundialmente- conocido por ser donde se firmó el Tratado de Mercosur de 1992, fue construido en 1978 por Oscar Niemeyer y Edgar Graeff, quienes bajo un diseño modernista, crearon un complejo que combina a la perfección con su entorno.

Sin embargo, el icónico hotel de la región de Serra Gaucha ahora será renovado y modernizado por Kempinski Hotels. “El objetivo es revitalizar este ícono histórico y arquitectónico con nuestra calidad de primer nivel y elegancia europea atemporal” comenta Bernold Schroeder, CEO interino y Chairman of the Board del grupo Kempinski. Así, pretenden construir el resort más destacado del interior de Brasil, donde no solo destaque la alta gama, sino también, la opulencia rodeada de naturaleza y aventura. Un destino que representa una excelente oportunidad para el complejo europeo que pretende recibir sus primeros huéspedes en 2024.

Cortesía de Kempinski Hotels

Se trata de 61 mil metros cuadrados que fluirán con la naturaleza de la misma forma en que lo hace el actual establecimiento. El que será el Kempinski Laje de Pedra Hotel & Residences contará con 357 apartamentos cuyos tamaños variarán entre los 54 y 290 metros cuadrados. Asimismo, contará con cuatro restaurantes con una amplia oferta gastronómica de primer nivel, cinco bares internacionales, un de vinos y otro en la azotea. También incluirá un área de eventos, un teatro, un spa de estándar europeo, piscinas climatizadas, un club infantil y un gimnasio de mil metros cuadrados.

Sin duda, un complejo que renovará la experiencia turística en Brasil. Donde la alta gama europea llega con propuestas exclusivas como itinerarios de turismo ecológico, cabalgatas, brunch al aire libre y visitas a bodegas viñeras. Una riqueza hotelera que se relaciona a la perfección con la cultura local y la belleza dramática y natural de la región de Serra Gaucha.

Cortesía de Kempinski Hotels