Entre moras y con 500 libras esterlinas, Roger Saul fundó Mulberry, cuyas raíces se encuentran en Somerset, al suroeste de Inglaterra. En el condado inglés el sello de la firma irrumpe en la forma de los árboles que guiaron al diseñador hasta su escuela; un legado distintivo, donde el cuero se convierte en el hilo que todo lo ata. Los primeros diseños de la maison fueron unos cinturones que, posteriormente, evolucionaron a bolsos y ropa de mujer. 50 años después, la casa apodada “Le Style Anglais” ha hecho suya la esencia británica y bajo esta, se ha definido por una exquisita combinación de atemporalidad.

Mulberry ha crecido con un sentido moderno de rebelión y para celebrar sus 50 años, se ha unido con Alexa Chung. Ícono de estilo, amiga de la casa y musa inspiradora. La escritora, modelo e influencer inspiró el bolso “Alexa” de la maison, pero hoy, se convierte en una colaboradora, cuya visión llega como una oda al equilibrio británico. El dinamismo de Londres se encuentra con la serenidad de Somerset. La ciudad se funde con lo rural y la tradicionalidad se transforma entre dejos vintage y formalidad masculina. Compuesta por dos piezas de inspiración retro, la cápsula de edición limitada es una fusión de versatilidad y minimalismo que encanta con dos siluetas clásicas.

Cortesía de Mulberry

La influencer se ha convertido en una parte esencial de la firma. Su enfoque de estilo original y seguro han inspirado a la maison desde 2010, cuando lanzaron el emblemático bolso Alexa. Ahora, el buen gusto de la británica no es solo una inspiración, sino también, un creador audaz donde lo vintage cobra vida. La colaboración está compuesta por dos carteras clásicas que siguiendo los 70, han sido reinventadas por Chung para impregnarse por las vibras inglesas. Las texturas y los colores se fusionan. Las influencias retro emergen y la contemporaneidad irrumpe con una atemporalidad aerodinámica y elegante.

El “Big Guy” y el “Little Guy” de Chung para Mulberry Editions celebran el equilibrio británico bajo la herencia de una firma disruptiva, pero clásica. La artesanía autentica se hace presente con toques innovadores, donde las cadenas y las siluetas cuadradas y rectangulares evocan el pasado con tintes de futuro. El romanticismo masculino también irrumpe en las figuras geométricas y a la vez, las líneas limpias y fluidas dan paso a colores brillantes y optimistas como el azul denim y el verde manzana. Asimismo, la tradicionalidad se manifiesta con tonalidades oscuras que fluyen entre acabados de charol y estampados de cocodrilo, terciopelo y gamuza.

Cortesía de Mulberry