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RAFFAELA CARRÁ: UNA GROSSA OCHENTERA

POR CAMILA LAGOS - julio 5th, 2021

Por siempre grossa, por siempre Raffaela Carrà. A los 78 años y a las 16:20 horas de Italia falleció Raffaela María Roberta Pelloni o también conocida como La Carrà. Ícono del espectáculo mundial, la cantante, bailarina, compositora y actriz italiana fue una bomba en los 80 y 90 que triunfó con éxitos como “Hay que venir al sur”, “Explota mi corazón” o “Tuca Tuca”. Temas eternos y pegajosos que han trascendido generacionalmente convirtiendo a la nacida en Bologna en un símbolo de carisma y libertad. Con una energía desbordante, la artista conquistó la escena ochentera con una naturalidad y una sencillez implacable, pero llamativa. 

Una diva que además de una voz impresionante, poseía un estilo adelantado a sus tiempos. Fiel a la lírica de sus canciones, Raffaela Carrà se movía con un atrevimiento envuelto en sensualidad en el cual, los trajes ceñidos al cuerpo, las aberturas arriesgas y el brillo excesivo eran habituales. Prendas llamativas, picaronas y estridentes que con detalles estampados y hombreras maximalistas transformaron a la italiana un en ícono a seguir. Rompiendo los esquemas de una sociedad conservadora, la interprete enfrentó los escenarios con un desplante grandilocuente que llenaba cualquier espacio y que incluso la llevó a presentarse en el clásico programa latinoamericano Sábado Gigante.

Cortesía de Getty Images

 

Taquillera, icónica, grossa. Los 78 años de la Carrà fueron una oda la libertad en el más puro estilo italiano y entre cánticos y bailes, la interprete se fue “a un mundo mejor, donde su humanidad, inconfundible risa y extraordinario talento brillará por siempre” comentó Sergio Iapino, coreógrafo y pareja de Raffaela. Y sí, en el amor todo es empezar, pero también, terminar una enfermedad acabó con vida de la cantante que se aseguró de que no se filtraran sus padecimientos. Un gesto de nobleza por parte de la italiana que dejó un legado tan brillante como sus estilismos, y una puesta en escena imposible de borrar: explosiva, enérgica, sensual y sorprendentemente sencilla.

Cortesía de Getty Images

 

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