¿Existe una ciudad más mágica que Praga? Pasear por la Plaza de la Ciudad Vieja, por el Puente de Carlos o el Vltava, o apreciar las altas torres del castillo de Praga. Todo eso y más es posible con solo poner un pie afuera de las paredes con siglos de historia del Four Seasons Hotel, un viaje a través de la época barroca hasta la neoclásica y, por supuesto, la actualidad.

La casa neorrenacentista del hotel se remonta a 1883, encargada por un comerciante de pescado llamado Podhorsky como un edificio de apartamentos, las cúpulas coronadas por un techo de doble pendiente no dejan de asombrar a sus visitantes.  Es difícil no sentirse como parte de la realeza en la suite real aislada en el edificio barroco del siglo XVIII a las orillas del río Vltava y con vistas al castillo y el puente medieval, una inmersión auténtica en la historia europea imperdible. Pero los paisajes están ahí no solo para admirarlos desde la habitación, sino para vivirlos y adentrarse en ellos.

Cortesía de Four Seasons

Una de las experiencias que ofrece Four Seasons Hotel Praga es un paseo por el Moldova a bordo de un barco fluvial de madera, prometiendo una panorámica única y encantadora de la ciudad, acompañada de una copa de burbujas en la mano. Tras un día intenso de recorrido y aventuras, nada como los pasteles y el té de la tarde en el salón The Gallery, rodeado de arte checo contemporáneo, o reponer energías en el spa con un masaje con piedras calientes de basalto. Además, el hotel ofrece una experiencia culinaria única en CottoCrudo, donde la gastronomía italiana deleita a los huéspedes con un Risotto de Azafrán o una pasta Cavatelli.

Cortesía de Four Seasons