Dior siempre se ha distinguido por sus golpes de efecto y su temperamento visionario, por una voluntad de llevar más lejos los límites. Hoy, este deseo se traslada a la creación de una sorpresa olfativa que escapa de todas las reglas de composición habituales: ‘J’adore Parfum d’eau’. Una nueva historia para J’adore, icono absoluto capaz de todas las metamorfosis. Un agua de perfume altamente concentrada, noble y llena de matices. Y, sin embargo, sin ningún rastro de alcohol, gracias a una técnica de nano-emulsión bajo fuerte presión. Así, la nueva formulación -principalmente compuesta de agua- se mezcla a una alta concentración oleosa. Un gran perfume, el sueño de perfumista con aires de revolución, que cambia lo establecido y abre una nueva vía en el universo de la perfumería…

Cortesía Dior