Clásico, infaltable y elegante son algunas de las características que definen al icónico Antígona bag de Givenchy. Introducido en la industria de la moda durante la colección FW 2011, el modelo ha ido evolucionando en tamaños, colores y materiales desde entonces. Este hace eco del amor de Ricardo Tisci por el contraste de lo femenino con lo masculino.

De estructura simple y disponible en tres tamaños (pequeño, mediano y grande), es el favorito de muchas por su resistencia y versatilidad, teniendo la posibilidad de cargar de todo, sin perder su forma original. Las versiones más populares son, sin duda alguna, la de cuero granulado que es de piel cabra y la de cuero liso, que es de piel de becerro. Funcional y cómodo, es igual de útil para el trabajo, viajar o su uso diario. Tan así, que la imagen de Miranda Kerr con su Antígona completamente cargado y su hijo en Nueva York se volvió icónica. Es el complemento perfecto en cualquier look, dando siempre el toque sofisticación y elegancia.

Las líneas geométricas le dan un aspecto moderno y clásico. El que tenga una correa desmontable hace posible ocuparlo de diversas maneras, convirtiéndolo en un must have. Es, por defecto, el accesorio de culto de Givenchy. A once años de su aparición, un artículo que tiene la capacidad de sobrevivir a cualquier tendencia y prevalecer por sobre muchos otros bolsos icónicos sin importar la temporada. Sin embargo, la firma decidió darle una nueva imagen el año pasado, sacando al mercado el Givenchy Antígona Soft, presentado en la colección de otoño, al igual que su ancestro.

Cortesía de Givenchy