No es ninguna novedad que la pandemia ha golpeado a todos, y la alta costura no fue una excepción. Si bien, las grandes casas de moda han sabido sobrellevar la situación pese a los distintos golpes que han sufrido, la firma británica Ralph & Russo llegó a un punto crítico. Debido a la grave situación económica en la que se encuentra, la maison se vio en la necesidad de nombrar un administrador judicial para sobrellevar la crisis.

La firma fundada en 2010 por Tamara Ralph y Michael Russo, se destaca por ser la primera marca británica en ser nombrada Alta Costura por la Chambre Syndicale de la Haute Couture, el organismo rector de la Haute Couture y moda francesa, por más de cien años. La maison cuenta con más de 300 empleados y tiene boutiques en las principales capitales de la industria . El punto máximo del éxito de la marca vino luego de que la Duquesa de Sussex, Meghan Markle luciera un vestido de transparencias, bordados y volantes para el anuncio de su compromiso con el príncipe Harry en 2017.

Pese al éxito que ha tenido la firma británica en sus once años de existencia, la cancelación de eventos de alfombra roja, galas y matrimonios por consecuencia de la pandemia, provocó un desplome en la demanda de vestidos. Ante la situación, desde Ralph & Russo afirmaron que: “Estamos increíblemente orgullosos de nuestra posición única en el mercado como una de de las marcas de lujo más exclusivas del mundo, lograda a través de un arduo trabajo, determinación y amor por lo que hacemos. Es nuestra intención que el negocio continúe operando durante este tiempo, y seguimos totalmente comprometidos a apoyar a nuestra increíblemente leal clientela y a nuestro maravilloso personal”.

Cortesía de Ralph & Russo