La belleza de lo imperfecto, de aquello que se desvanece en el tiempo y que se consagra en el arte se enraíza en imágenes casi salidas de una película dirigida por Tim Burton. Los colores se difuminan, se saturan y las luces abrazan una calidez casi desgarradora. El pelo contrasta con los accesorios y estos se posicionan como la antítesis de la belleza. Plataformas extragrandes y guantes que, a pesar de sus detalles y pedrerías, evocan al clásico del cine ‘Edward Scissorhands’. Incluso, aquel vestido fluido, de gasa transparente y con brillos en líneas verticales, nos traslada hasta una versión suntuosa de ‘Corpse Bride’. Las vibras góticas son innegables, al igual que la simetría entre cada postal y la nula posibilidad de iterar la particularidad de lo lindo. LEE MÁS EN ISSUE #49 SUSCRÍBETE AQUÍ

fotografías GREG KADEL

edición de moda ANA PAULA CERVERA

texto CAMILA LAGOS RIVAS