El pasado 18 de abril comenzó una nueva edición de Milan Design Week (MDW), evento que se extenderá hasta el próximo domingo 23. Como es costumbre, el Salone del Mobile alberga aquellas piezas y exposiciones que convergen moda, arte, diseño y tecnología. Incluso, la arquitectura detrás de cada diseño, proyecciones que trascienden las clásicas producciones creativas para evocar emociones y sentimientos. Puestas en escenas perfectas y la magia de marcas como Hermès, Missoni, Armani Casa, Kohler, Prada, Etro, Dior, Zegna y muchos más. Algunos con apuestas inspiradas y destinadas para el hogar, y otros con obras más conceptuales. Incluso Ikea se ha presentado en la Semana de Diseño de Milán con una colección que celebra sus 80 años. Denominada ‘Nytillverkad’, la entrega del gigante sueco presenta un catalogo del pasado, pero con materiales y colores del futuro. Una combinación audaz y vibrante que sirve como antesala a la artesanía fina de las casas de alta gama.

En esta oportunidad, la organización del evento presentó su propio vocabulario del diseño. Con ‘Do you speak design?’ se abrió un abanico de letras que invitan a descubrir las distintas secciones. “T is for table”, “S is for sofa”, “C is for chair” y así, para cada letra, una categoría. En el caso de la última mencionada, “sillas”, fue Loewe quien se lució. Papel, cordel, piel de oveja, cuero y láminas aislante de emergencia (papel de aluminio). La firma dirigida por Jonathan Anderson presentó 30 sillas tejidas con un material diferente. 22 de ellas provenían de anticuarios y las ocho restantes fueron creadas para la ocasión. Lienzos de madera que fueron transformados por los artesanos de Loewe, fusionando pasado y presente casi de una manera emocional. Una creación que evoca las sillas creadas en 2022 por Gaetano Pesce para Bottega Veneta; mentes que se vuelven a encontrar, ahora, con un viaje inmersivo protagonizado por la resina. La instalación ‘Viene a Vedere’, “representa casi una victoria”, según comentó Pesce, haciendo alusión a que, realmente, se está caminando en el “contorno de una figura que lanza una canasta”. “En este caso, la victoria es el descubrimiento, el descubrimiento del lenguaje de la representación. Se trata de abrir nuevos caminos para el diseño”, continuó el diseñador italiano que, una vez más, une fuerza junto a Bottega para crear una experiencia única.

Cortesía Loewe y Bottega Veneta

En el caso de Louis Vuitton, la maison hizo de sus Objetos Nómadas, un pabellón “nómada”. Una escultura que se entremezcla con la arquitectura de por Marc Fornes para simular un coral en tono plata. Está compuesto por más de 1.600 láminas de aluminio anodizado y cada una de ellas debió ser cortada, decorada y ensamblada a medida. A la vez, la casa francesa presentó una amplia gama de productos y muebles de diseñadores de renombre mundial. En paralelo, Diesel regresó a la Semana del Diseño de Milán con una declaración de valentía, irreverencia e ironía. Una expresión en 3D del estilo de vida; eso sí, rediversificado por la firma, cuyos livings responden a un modelo surrealista y monocromático donde el rojo es protagonista. Finalmente, y casi de manera opuesta, Dolce & Gabbana se decantó por las tonalidades claras, pero no cualquiera, si no, específicamente, aquellas que aluden a la lima y el limón. Con proyecto Gen D (Generación de Diseñadores), la marca buscó traducir su apertura hacia el futuro con 10 talentos emergentes. Uno de ellos, el artista detrás de ‘Limonaia’, un espacio teñido por el amarillo verdoso y de inspiración barroca, repleta de elementos románticos y de una suntuosidad sinigual.

Cortesía Louis Vuitton, Diesel y Dolce & Gabbana