Bajo la dirección de Anthony Vaccarello, la colección Otoño-Invierno 2023 de Saint Laurent fue una clase maestra en la confección y construcción de impecables piezas de sastrería. Con un enfoque en la elegancia y el empoderamiento, el desfile se vio en plena coherencia con los preceptos del power dressing que se difundieron especialmente durante la década de los 80. En este sentido, el hombro se convirtió en el elemento sobre el que giró toda la colección, enfatizado para dar forma a la idea de un sistema de moda en la que el componente femenino juega un papel fundamental.

La colección se sintió indiscutiblemente YSL, desde la locación, la ambientación y las piezas presentadas, todo emitió un aire de elegancia sinónimo con la maison. Una serie de exquisitos trajes con falda definieron la silueta de la temporada de Vaccarello: poderosos blazers con formidables hombros rectos y faldas de tubo con aberturas frontales cortadas por encima de la rodilla, todos elaborados con las telas de sastrería del guardarropa clásico masculino. La silueta se desvaneció en voluminosas chaquetas de cuero combinadas con las mismas faldas y magnificadas blusas levallière cuyos largos lazos se arrastraban detrás de las modelos.

Cortesía Saint Laurent

El drapeado hizo eco en bufandas de manta abrochadas en el hombro con joyas. “Quería hacer algo en torno al mundo de la elegancia. Es tal vez algo de lo que no tenemos un sentido hoy, ese mundo. Tal vez no nos importe, o tal vez tenga otro significado, o no tenga ningún significado. Tengo muchas ganas de traer de vuelta la idea de estar ‘vestido’”, reflexionó Vaccarello. La estructura del espectáculo fue en sí misma una ilustración de la elegancia que el diseñador quería transmitir. Fiel a su filosofía de evocar a Yves Saint Laurent en lugar de imitarlo, cada silueta se sintió como un recuerdo: una idea o un ideal de una estética familiar para todos.

Cortesía Saint Laurent