El reloj Alpine Eagle de Chopard es la reencarnación de la última versión del St. Moritz, pero bajo una estética completamente deportiva y sofisticada a la vez. Es un sinónimo de la libertad absoluta que se respira en los Alpes.

Karl Friedrich es el actual copresidente de la maison Chopard y también el autor del Alpine Eagle. La inspiración para la creación del reloj proviene de la obsesión de Karl por las alturas de los Alpes y el águila típica de esas cumbres. Esta pieza fue confeccionada bajo la estricta manufactura suiza. Para la ocasión, el protagonismo recae sobre un metal exclusivo y de una alta calidad, el cual permite la refracción de luz, denominada Lucent Steel A223.

La pieza es parte de los engranajes de caja y brazalete integrados, a través de un reloj de impronta elegante , pero sportier a la vez, bajo una estética contemporánea y de homenaje al águila alpina. El dial de Alpine Eagle es de una textura de roca que recuerda el iris de estas aves, mientras que el acero frío y sofisticado recuerdan la gélida experiencia de los glaciares. En cuanto al brazalete, está compuesto por un único eslabón de un diseño de lingote. El detalle de la rosa de los vientos en la caja se lleva toda la atención visual.

Alpine Eagle también representa un mensaje de amistad con el medio ambiente, ya que es una pieza que refleja el interés de la maison de alta joyería por conseguir la protección de la fauna de los Alpes. Incluso desde la firma afirmaron: “Alpine Eagle está dedicado a las águilas contemporáneas, los hombres aspirantes que se desempeñan mejor en su vida diaria y cuya visión inspira y eleva. Con previsión y determinación”. El lanzamiento de este reloj se desarrolló en paralelo a la iniciativa Eagle Wings Foundation, cuya institución tiene como objetivo la conservación medioambiental de la zona.

Cortesía de Chopard