KHAITE FW23: EL PODER DEL SIGILO
POR CAMILA LAGOS - febrero 15th, 2023Sastrería simplificada y un lujo silencioso que se deleita en las telas, los cortes clásicos y colores sublimes. El negro predominó en el reciente Fall-Winter 2023 de Catherine Holstein, la diseñadora detrás de la firma neoyorquina, Khaite. Junto con el omnipresente negro, los destellos del blanco se apoderaron de blusas y vestidos que hacían alarde del minimalismo. No en un sentido superfluo, sino, uno enraizado en los cimientos de la industria: Diana Vreeland. “Siempre quítate una cosa antes de salir de casa”, solía decir la editora y precisamente, esta fue la máxima que inspiró la colección otoñal de Holstein. “Siempre trato de pensar en eso”, mencionó la creativa, desglosando a la vez que “tal vez (–aquel minimalismo–) se perdió en el camino de algunas otras colecciones, pero para esta estábamos hablando de quitar cosas y sentirse cómodo con eso”.
De acuerdo con la diseñadora, eso también es empoderamiento y en parte, su colección consagró el poder femenino mediante unas prodigiosas siluetas. Claro, las telas también hicieron lo suyo. Cuero negro para un esbelto abrigo cruzado, faldas mini y midi con volantes y satén de crepé con gasas interiores. Hubo ciertos dejos religioso a lo largo de la entrega, pero no en el sentido celestial que se suele contemplar, sino, unas más misterioso, oscuro y sensual, incluso sin revelar el cuerpo. Quizás, la sensualidad de la entrega radicó el poder necesario para llevar cada prenda. Minimalista no significa aburrido o simple. No al menos bajo la visión de Holstein, donde la fuerza consagra el poder y el sigilo la agudeza para lucir cuero y cachemiras.
Cortesía Khaite
En total, 46 looks que, a pesar de su sencillez cromática y textil, tuvieron espacio para prendas en un amarillo casi dorado y un subversivo verde que se plasmó tanto en una bomber jacket como en un abrigo y pantalón de piel de oveja. El toque divertido y casual de una colección sublime y que, incluso, llevó la lana al calzado o los blazers de proporciones ochenteras. El camel igual se hizo parte de la entrega, pero sin duda, el cuero imperó a lo largo de cada atuendo, combinándose con vestidos lenceros y faldas que se extendían más allá de las caderas. Eso sí, mediante líneas limpias, casi sin cortes y largos que rozaban el suelo. La alta gama no lleva logos y el minimalismo necesita sigilo para lucirse. ¿Actitud o telas de ensueño?
Cortesía Khaite
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