La sastrería ha sido eternamente un go to cuando se trata de elegancia y sofisticación. Históricamente ha sido sinónimo del buen vestir, y con el tiempo la gama de posibilidades se ha convertido en un infinito mar de opciones. Jeremy Scott, conocido por sus creativos y arriesgados diseños, hizo de su colección Pre-Fall 2023 en Moschino una apología absoluta a la sastrería, demostrando que la excentricidad también puede formar parte de ésta. Por supuesto, su toque personal era evidente, en esta ocasión vino en forma de patchwork.

Esta temporada, Jeremy Scott pasó por todos los estilos habidos y por haber en lo que a sastrería se refiere, yéndose incluso por las ramas. No bastó con extrovertidos trajes confeccionados de retazos de mercería, con botonaduras simples y dobles, también se extendió a vestidos cortos y largos, gabardinas, conjuntos con faldas, todos en diversas versiones. A lo largo del lookbook se va dando una transición, en la que deja el patchwork atrás para dar paso al tartán, la seda, el jacquard y el denim. Poco a poco los diseños se tornan más elegantes, cambiando de una paleta cromática del beige a una más fría, de negros y grises. Y así van entrando en escena los looks más de noche, evidentemente influenciados por décadas pasadas.

Cortesía de Moschino

La elegancia de la sastrería, combinada con los tonos neutros, dieron salida a un aspecto más serio de la colección, especialmente en contraste con la última en Milán, cargada de colores vibrantes, flotadores y temática de piscina. Los últimos looks la última entrega dieron un giro en 180 grados a aquella vibra. En vestido negro, con mangas largas y hombros descubiertos, con corpiño en forma de corazón bordado con corazones dorados de distintos tamaños y rematado por un boleto corto, es una pieza que no sería raro verla en una próxima alfombra roja. Otra alternativa más arriesgada fue el Le Smoking Scott convertido en una falda curvilínea con solapas curvas hacia arriba, enmarcando el torso.

Cortesía de Moschino