Al menos un 80 por ciento de la nueva colección de Lela Rose se trata de estampados. Las formas son predecibles, largos vestidos y trajes de dos piezas. El toque peculiar está en los increíbles detalles que parecen dibujados a mano sobre la tela. En colores vibrantes contrastan las flores de pétalos gigantes y rallas verticales y repetitivas. El mar fue inspiración de la diseñadora estadounidense, donde los tejidos evocan las profundidades del océano con corales en relieve, hechos con mostacilla. Los pantalones de corte recto y tela de algodón llevan motivos brillantes, hechos de cristalería y lentejuelas. Mismo truco manual que se deja ver en los vestidos tipo evasé y enteritos.

En su totalidad la entrega es fresca y delicada, lo que se necesita para la temporada de calor. Rose también entrega alternativas para los eventos de fin de año, con telas drapeadas y de tonos muy alegres, manteniendo la sofisticación. También siguió el famoso patrón del blazer sin mangas para los vestidos de un solo color, donde la cintura va unida por un gran botón de mármol. La misma idea, pero en dos piezas estaba en colores verde y celeste con un crop top muy elegante y pantalones palazzo. Y como un infaltable del verano, los tejidos transparentes en colores beige y blanco son la pieza que no puede faltar. Al menos si se trata de llevarlo sobre el bikini.

Cortesía Lela Rose

Las prendas son sumamente acorde a las tendencias y no es por nada. Experta en vestidos de fiesta, Lela Rose ha marcado su lugar en la alfombra roja. Su nueva entrega es solo un adelanto de lo que se aproxima para la siguiente temporada, y desde ya nos deja con ganas de más. Los colores son armónicos y las sandalias de corcho demuestran una sola cosa: la versatilidad de cada prenda. Los vestidos hoy se reutilizan y por esto, es necesario descartar los colores oscuros y optar por tonos como el turquesa, naranjo o colores tierra. El trabajo de Rose es eso, sumado a una increíble pasada de estampados artesanales, parte del gran talento de la artista de la moda.

Cortesía Lela Rose