Moda consciente, arte, naturaleza, animales y música. La campaña de invierno de Stella McCartney busca representar la quinta esencia de la diseñadora, quien, en esta ocasión, mostró su intimidad y abrió su corazón mediante la representación de Sadie Sink. Con una gran cantidad de elementos y personas que para la británica lo son todo, la entrega transmitió una energía sumamente familiar y alegre. Todo, a través del lente de Theo Wenner, quien capturó a Sink luciendo las piezas Stella; prendas que destacan por su atemporalidad otoñal, pero también, por aquella preocupación constante por los animales y el medio ambiente.

Líneas fuertes de serie en V, del año 1968, que se mezclan con los jerséis cortos con bloques de color y ondulantes tejidos de punto con mangas globo. Vestidos que se combinan con tejidos compactos y brillantes y piezas que reciben el espíritu sexy de Stella. Escotes de corazón, cinturas ajustadas de estilo peplum y suaves formas inspiradas en corsés. La colección de Otoño-Invierno fue una de las más sustentables creadas por McCartney. Eso hasta que llegó su versión primaveral 2023. Aun así, la entrega personificada por Sink está hecha principalmente con materiales responsables y amigables con el entorno. Modernizando la indumentaria de la marca y aportando con las necesidades del mundo.

Cortesía de Stella McCartney

Los fieles básicos de Stella estuvieron sumamente presentes en la colección. Con abrigos y una sastrería que coincide con la dicotomía entre lo femenino y masculino. Las telas y las rayas para los trajes de dos piezas están diseñadas de forma fluida, con solapas de satén y una paleta artística. Por otro lado, los abrigos están confeccionados de manera artesanal y con una inclinación muy invernal. Pero, sin duda, la base de esta temporada fue la mezclilla de algodón orgánico, saliendo del esquema básico y formándose con una estética creativa como la de un pintor.

Cortesía de Stella McCartney