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Man, Woman

LA MAGNIFICENCIA DEL NEGRO Y UN TRIBUTO A UCRANIA: BALENCIAGA WINTER22

POR CAMILA LAGOS - marzo 8th, 2022

IPhones 6 obsoletos y con la pantalla rota. ¿Atrás? El siguiente grabado: 360° Show. Winter 22 Collection. Sunday, 6th March. 11:30 AM CET. La invitación al espectáculo jugó con la dependencia a los celulares, la supremacía de Apple y rompió con la tradicionalidad del papel impreso. Una forma de decir que el futuro está en el metaverso, o por lo menos, parte del de Balenciaga. Pero siguiendo con la presentación de Invierno 2022, Demna plasmó su experiencia de vida y ante los ojos del mundo, convirtió lo horrible en poesía. Con una pasarela cristalizada de 360 grados, metros de nieve y una leve tormenta acompañando a las y los modelos, el diseñador develó la magnificencia de sus diseños. Siluetas – mayoritariamente – en negro, de una elegancia estoica que se ceñía a todo tipo de prendas. Abrigos oversize, polerones con capucha y vestidos asimétricos y ceñidos al cuerpo. Todo en total equilibrio.

En un principio la presentación se pensó como un evento futurista y apocalíptico en el cual ya no existiría la nieve y esta, solo podría ser disfrutada a través de la realidad virtual. “Fui a las montañas la Navidad pasada y no había nieve”, comentó Demna, reflejando la realidad de gran parte del mundo, incluso de las cordilleras chilenas. Sin embargo, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania transformaron la idea del show. De pronto, las y las modelos siendo azotados por la nieve ficticia se convirtieron en la imagen de las familias refugiadas; luchando contra las inclemencias del clima, alejándose de las zonas de conflicto y buscando refugio en los países vecinos. “La guerra en Ucrania ha desencadenado el dolor de un trauma pasado que llevo en mí desde 1993, cuando sucedió lo mismo en mi país de origen y me convertí en un refugiado para siempre. El miedo, la desesperación”, explicó el diseñador mediante un comunicado.

Cortesía de Balenciaga

Pero también, la comprensión de que nada importa más que la vida, el amor y la compasión. “La moda pierde su relevancia y su derecho real a existir. La Semana de la Moda se siente como una especie de absurdo”, dijo Demna, agregando que el cancelar el evento hubiese sido como “ceder y rendirme ante el mal”. Hay problemas el mundo y los seguirá habiendo, pero también hay belleza, poesía, esperanza. Y eso es lo que plasma la colección; un destello de ilusión donde el negro, con su magnificencia absoluta, se alza como un lienzo. La creación de un futuro basado en el amor, el entendimiento de los pueblos y la constante reinvención. La moda es eso. Los limites del diseño se amplían, se renuevan y se convierten, en el caso de Balenciaga, en sastrería plegable.

“Puedes meter una gabardina entera en un bolsillo. La ropa ocupa menos espacio” aseguró el diseñador georgiano, que, una vez más, elevó el streetwear a la Alta Costura. Los vestidos asimétricos se ondean voluminosamente y mientras los muslos quedaban descubiertos, unas botas de taco aguja y por sobre la rodilla acompañaban los atuendos. Asimismo, las chaquetas de cuero resultaban ser de micelio. Aquel hongo que simula ser cuero y que representa los atisbos de un futuro más sostenible y sustentable. Diseños minimalistas y tan urbanos como elegantes. Gvasalia piensa en la moda es como algo práctico y el concepto es sencillo: elevar lo mundano a nuevos niveles. Por ejemplo, el look que lució Kim Kardashian. “No necesitas ropa de Balenciaga para llevar ese look, solo necesitas la cinta”, mencionó Demna, jugando con la ironía y la diversión de “vestirse sin ropa”.

Un espectáculo al estilo Balenciaga. Repleto de detalles, de guiños a la sociedad, al pasado, el presente y el futuro. Un mensaje de amor que, además, fue acompañado por un poema de Oleksandr Oles, un refugiado ucraniano que huyó de los nazis en 1944. Por supuesto, los versos fueron relatados en ucraniano y es que no necesitaba traducción ni tampoco explicación. Así como el show. Fue un ejercicio de fortaleza que entre la elegancia de su pasarela homenajeó a las y los ciudadanos ucranianos alzando la bandera su bandera en forma de poleras para las y los asistentes y en los dos looks finales: un conjunto deportivo en amarillo y un vestido azul con una gran cola. La paz debe triunfar.

Cortesía de Balenciaga

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