Cortes simples, pero con detalles extraordinarios. El Fall/Winter 2022 de Loewe es una de esas maravillas que te sorprende por su simpleza repleta de detalles. Cuero, resina, fieltro, látex, tweed, seda, fibras impresas en 3D y prendas de punto. Un paraíso textil que estimula el tacto y por qué no, la visión. Volúmenes y distorsiones de la silueta humana que retoman el surrealismo de la entrega primaveral y pasa de la abstracción a una forma más reconocible. Bocas como bustieres, autos de juguete saliendo del dobladillo inferior de los vestidos y globos moldeados en plástico duro que se transforman en tacones y sostenes. Estos, por su parte, estaban sobrepuestos tanto en siluetas ceñidas como en túnicas estampadas con el cuerpo humano. Y como otro guiño a las corporalidades, la pestaña para inflar el globo se alzaba como un pezón. Un doble sentido visual que envuelve e invita al escapismo.

Funcional o no, la colección diseñada por Jonathan Anderson devolvió el arte a la moda. Y lo hace bajo la concepción del globo: “Un globo crea tensión. Estallará. No durará para siempre”, comentó el diseñador, mientras lo incluyó en diversas piezas. Desde los tacones de las sandalias y hasta en la parte superior de estas, apretados entre las tiras. O incluso, en forma de estampados y como sujetadores. A semi inflar, a punto de estallar. La simpleza de lo extraordinario fluyó en aquella pasarela marrón, adornada con calabazas enormes de cuero y diseñadas por la artista, Anthea Hamilton. Una oda a la extrañez y el surrealismo, donde la geometría y el movimiento fueron esenciales. El primero se manifestó a través de formas futuristas que acompañaron los leggins, rodeando la mitad inferior de las piernas. Como piezas circulares alrededor del cuello o arcos en la parte superior de los vestidos.

Cortesía de Loewe

El segundo lo hizo mediante la extravagancia del movimiento estático. Vestidos y faldas moldeados para simular el movimiento del viento; piezas en cuero y látex que juegan con los orígenes en marroquinería de Loewe y los materiales y técnicas actuales. Asimismo, los colores escogidos para estos acentuaban el savoir-faire­ en cuero de la maison española. Rosa pálido, castaño y un sinfín de tonalidades nudes, o que derechamente, exponían el cuerpo de las modelos con transparencias naturales. Tops que dejaban al descubierto los pezones, como desafiando a la policía de Instagram y diciéndole: es parte de, basta de censuras al cuerpo femenino. Siluetas cortas que contrastaban los vestidos de tubo; uno de estos, al estilo Schiaparelli. Envolviendo la silueta nude lucida por Julia Nobis con un par de guantes female-slash-felin. Todo con una elegancia moderna y artística, que, además, incluyó el denim en contraposición de la suntuosidad atemporal del cuero.

Zapatillas forradas en mezclilla, sandalias con cintas metalizadas, pantalones con dejos de tipo chino y chaquetas que evocan la puffer jacket de Yeezy-Gap. Lo nuevo de Loewe es una multifuncionalidad apta para exposición de arte como para un paseo otoñal Blazer extralargos, suéteres abotonados y de tipo crop hasta la cintura, abrigos de piel y minifaldas peludas. Además, de rosas sujetado los cuellos halter de vestidos que caían con fluidez sobre el cuerpo. Para Jonathan Anderson todo es posible y la moda es una contante búsqueda, intuitiva y divertida del arte, la sencillez y lo extraordinario.

Cortesía de Loewe