¿Se puede realmente ser cuidadosamente descuidado? Jonny Johansson nos demostró que sí. Varias piezas de su nueva colección vienen agujereadas, rasgadas y desgarbadas. Sin embargo, lejos de dar una impresión zaparrastrosa como ha sucedido otras veces (sí, aquel suéter Balenciaga roto), la propuesta apostaba por una estética moderna, creativa y original. Hubo un gran uso de denim dentro de los looks, en todas sus variedades, teñido de mil maneras.

¿A qué viene la decisión del diseñador de crear piezas que parecieran estar remendadas cuidadosamente? Puede ser su infancia y legado maternal. Johansson contó tras bastidores que cuando era joven, su madre le compró una chaqueta que no le gustó, entonces tomó la determinación de convertirla en algo nuevo: “Tenía que acortarla y luego le agregué un cinturón. Fui a la escuela usándola, sin saber si la gente lo notaría o notaría que era hecho en casa, lo cual no estaba bien”. Nadie le dijo nada. Esta anécdota queda reflejada claramente en la última entrega. Muchas de las piezas dan la impresión de ser arregladas, pero intencionalmente.

Cortesía de Acne Studios

El director creativo de Acne Studios tiene una fascinación por la mezclilla. El look de apertura contó con un elemento que sentó las bases de lo que sería el show: una falda denim teñida de rojo con piernas anchas. Los siguientes atuendos también tenían con prendas del mismo material. En contraposición a este material estuvo el cuero, jugando el papel de crear un equilibrio. Fueron varias gabardinas cruzadas convertidas en vestidos sin mangas y faldas abiertas. En esta serie también hubo teñidos en exceso. Como complemento destacaron los calcetines de canelé con incrustaciones de cristal sobre los zapatos. A la vez, la diversidad de vestidos fue espectacular: había diseños de mandas con forro de tupé, o estilo cortina con flexos en capas.

Cortesía de Acne Studios