KENZO BY NIGO: LO RETRO INICIANDO UNA NUEVA ERA
POR CAMILA LAGOS - enero 25th, 2022Hace 23 años, en 1999, Kenzo Takada anunció su retiro de la moda, dejando en manos de su asistenta un legado de casi tres décadas. Desde aquel momento, el imperio fundado por el diseñador estuvo bajo la dirección de Antonio Marras. Fueron 10 temporadas – sin penas, ni glorias – que dieron paso a la visión de Lim y Humberto Leon. El dúo creativo tuvo la misión de revitalizar la marca y devolverle ese toque oriental, pragmático y colorido que la caracterizó. Sin embargo, dejaron la maison en 2019 y quien los reemplazó fue Felipe Oliveira Baptista. Un portugués que no solo cambió el logo de Kenzo, sino también, inauguró una era nómade que solo duró hasta 2021. Así se resume un proceso de occidentalización, que más allá un par de éxitos, se alejó de su identidad oriental. O por lo menos, hasta ahora, que ha vuelto sus raíces japonesas de la mano de Nigo.
El ahora director creativo de Kenzo nació en 1970, el año en que se fundó la firma. Una paradoja que promete devolverle a la marca ese espíritu urbano, ceñido en la cultura oriental y en la funcionalidad. En definitiva, promete posicionar la moda japonesa en el seno europeo o americano, en las grandes pasarelas y el Street style. El currículo de Nigo se asienta en el ambiente underground de los 2000 y ese mismo se traslada hasta sus creaciones. Entre ellas, el Otoño/Invierno 2022 de Kenzo, o, mejor dicho, el inicio de una nueva era. A simple vista se logra apreciar a la herencia compartida de los japones; esa visión global de la moda, esa transformación disruptiva. Creaciones arriesgadas, vibrantes y coloridas. Nigo rescata lo hecho por Takada y lo fusiona con su propia esencia, en un encuentro entre la tradición sartorial de occidente, las texturas orientales y la comunicación que solo la globalización podría dar.
Cortesía de Kenzo
Con la tranquilidad y la certeza de la experiencia, el japones se adentra en un paraíso retro e inicia una era. Y si bien plasma la herencia de la maison, lo hace bajo sus propios códigos, con una contemporaneidad que adelanta que Kenzo se apoderará de las calles. La icónica flor de la firma ha vuelto en forma de estampados que rompen las barreras entre lo femenino y masculino. La colección en sí es bastante unisex, cada pieza ha sido diseñada para ser lucida por mujeres u hombres. Un real-to-wear que toma el afán por las siluetas estadounidense de Nigo y las transforma con su lente oriental. Así, las tradiciones japonesas trascienden hasta la cultura occidental mediante la moda. Mediante conjuntos de denim con patrones florales y trajes sartoriales de aires vintage, elegante y a la vez, dignos de usarse en el under callejero.
Cortesía de Kenzo
Y tan llamativo como las piezas en rojo intenso, los trajes blancos de aspecto craquelado, las boinas de estilo militar o el sinfín de amapolas – en distintos y vibrantes colores – que estamparon las figuras, fue la primera fila del espectáculo. Ye (Kanye West), Julia Fox, J Balvin y el confidente de Nigo, Pharrel Williams. Este, por su parte, se dejó ver con unos anteojos firmados por Tiffany & Co. Unos lentes retro que combinaban a la perfección con el sombrero de Kenzo. Mismo que al igual que el resto de las boinas del FW22 de la maison llevaba en sí un simple “1970”. El año en Nigo y Kenzo – como marca de moda – nacieron. El pasado, el presente y el futuro están conectados, tal como Takada y el ahora director creativo, que con su talento hilado en el streetwear, llega para hacer mucho con poco; mezclar texturas y estampados, rebelarse contra la occidentalización y replantear la moda. Un retorno a la subversión de origen, que devuelve sus raíces orientales a la firma. Todo mientras suena “I Know Nigo” y se revisita la Galerie Vivienne de Paris. El espacio que albergó la primera colección de Takada, por allá en 1970 cuando se presentó Jungle Jap.
Cortesía de Kenzo
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