De por sí, cada diseño de Lanvin es una oda a la opulencia y la singularidad. Su herencia artesanal converge con el espíritu lúdico que, desde 2019, Bruno Sailelli le ha aportado a la maison. ¿El resultado? Un viaje contemporáneo a través de una feminidad reformulada que no pierde la elegancia insigne de la casa francesa. Por el contrario, esta se apodera de los modelos actuales con un desdén exquisito que prueba de los más de 110 años de experiencia de la firma fundada por Jeanne Lanvin. Y aunque todos sus bolsos son una muestra de una delicada y fina opulencia, hay dos que sobresalen: el Hobo Cat y el Pencil Cat bag. Con sus asas doradas o plateadas y en forma de gato, estos se han convertido en sueño en el que los viejos clásicos se transforman y la perfección cobra vida.

Por un lado, el Hobo Cat bag es una nueva versión del clásico y tradicional Hobo bag. Ambos comparten esa forma de medialuna como símbolo de una atemporalidad, donde la elegancia simple, moderna y minimalista es la protagonista. Pero a diferencia de este último, cuya asa corresponde a una correa metalizada, el primero presenta un imponente gato como mango. Dorado, plateado o en colores como rosado chicle, azul Lanvin o total black, esta pieza adorna la cartera y hace de esta un sueño, donde la suntuosidad típica de la maison es llevada a otros niveles. El satén cierra estas piezas apasteladas que fueron lanzadas para navidad, pero el cuero es parte del repositorio permanente. A sus líneas suave y brillantes acabados los acompaña el logo de la casa: un simple Lanvin en letras doradas que combinan con el asa. Y por supuesto, cada gato lleva en sí pequeños detalles; agujeros que simulan las tonalidades y texturas del animal. Además, gemas diminutas que corresponden a los ojos. Nada es el azar y la firma da fe de aquello con un bolso que se puede llevar en el hombro o la mano.

Cortesía de Lanvin

Con los mismos detalles en el asa, el Pencil Cat bag se impone con una distinción clásica y atemporal. Hecho con un 100 por ciento de piel de becerro, esta pieza desborda opulencia. Su forma rectangular se combina con elegantes colores, donde predominan las tonalidades cálidas como el ocre, el borgoña, el rojo, el blanco invierno, el tradicional negro y azul Lanvin. Este último, un celeste pastel que en el Hobo Cat se presenta con modernidad, sin embargo, aquí lo hace la suntuosidad de los clásicos franceses. Una oda retro que se transforma en bolsos para coleccionistas, donde el asa, diseñada por el Armand-Albert Rateau e inspirada en el gato morillo de Jeanne Lanvin, se combina a la perfección con los detalles metalizados de la cartera. Por ejemplo, el broche del Pencil Cat está adornado con la emblemática imagen Madre e Hijo de la fundadora. Asimismo, esta se reproduce en los costados del bolso, con placas decorativas y grabadas en metal y una correa desmontable que complementa el mango de gato.

Cortesía de Lanvin