¿2010 otra vez? Al parecer sí. Los skinny jeans triunfaron por, exactamente, una década. Eso, hasta que en 2020 su popularidad comenzó a decaer ante el auge de dos factores: la Generación Z y su afán por las prendas baggy y noventeras, y la pandemia provocada por el Covid-19. Estar cómoda o cómodo se convirtió en un canon y, por supuesto, los skinny jeans no entraban en esa categoría. Sus piernas ultra ajustadas y sus tobillos casi asfixiantes lo convirtieron en el enemigo del movimiento, la confortabilidad y de quienes tienen mala circulación sanguínea – sí es tu caso, ¡aléjate de ellos lo antes posible! –. Difíciles de poner, difíciles de sacar. Además, un modelo que no le sienta bien a todo tipo de cuerpo y que, en sus primeros años, sólo se presentó con tiros cortos a medios. Aún así, ocupó un lugar privilegiado en la moda por casi 10 años y a pesar de que en más de una ocasión se anunció su ocaso, nada pudo contra su hegemonía.

Ok, en realidad, sólo fueron dos años sin verlos por todas partes. El tiempo suficiente para rememorar los diversos y versátiles pantalones previos a ellos. Incluso, para dejarlos en el olvido, celebrar su salida y desempolvar esos jeans rectos de años o también, optar por siluetas anchas, baggys o por los parachute pants. De cierta manera, las calles elevaron su nivel sin los skinny jeans, pero los buenos tiempos no suelen durar mucho y desde comienzos de año se viene anunciando su regreso. Muchas y muchos – me incluyo – entramos en negación y “ataque de pánico” al ver las tendencias, cuestionándonos cómo es posible que estén de vuelta. ¿No tuvimos demasiado de este modelo? ¿No bastaba con llevarlos ocultos bajo unas botas hasta las rodillas? Todo parece indicar que no, demostrando que, al fin y al cabo, se trata de un básico que jamás dejó de estar presente.

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Quizás, optar por una versión más holgada sea la mejor manera de llevarlos, tal como lo haría una parisina con una combinación entre un skinny y un jeans recto. En eso caso, un pantalón de corte Slim se presenta como una increíble alternativa. Por supuesto, el tiro es fundamental: olvídate de llevarlos a la cadera, eso déjalo para un baggy jean o un parachute pant. En cuanto al tono, elige un clásico y monocromático negro, y para el calzado, las botas a la rodilla son un infalible: simple, pero eficaz. Finalmente, juega con los volúmenes y tal como Kaia Gerber enfundada en Celine, llévalos con un blazer oversize o sigue los pasos de Emily Ratajkowski y lúcete con una chaqueta de tipo puffer. Eso, claro, en caso de que decidas volver a 2010. Eso sí, evita recaer en las tendencias del Tumblr de la época y mantente lejos de los collares y poleras con búhos estampados o los leggins con galaxias.

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