En Ralph Lauren siempre se puede esperar un equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo, pero la colección Pre-Fall 2025 ha dividido opiniones. Mientras algunos celebran el regreso a las raíces icónicas de la marca, otros cuestionan si esta propuesta está jugando demasiado seguro. ¿Elegancia atemporal o una reiteración de lo ya conocido? Esa es la pregunta que flota en el aire. Este debate subraya la tensión entre innovación y tradición, especialmente en una casa de moda que ha cimentado su reputación en la intersección de ambos mundos.

En el lado positivo, no se puede negar la atención al detalle y la calidad artesanal que Ralph Lauren ha perfeccionado durante décadas. Los estampados ecuestres, los tonos tierra y las texturas como la cachemira y el terciopelo evocan una sensación de confort sofisticado. Es difícil no admirar piezas como el blazer camel sin forro, que se transforma de vestido a conjunto de dos piezas, o las botas de montar que capturan la esencia del “ecuestrian chic”. Estas elecciones no solo son fieles al ADN de la marca, sino que también reflejan tendencias actuales, resonando con una generación que busca autenticidad y raíces históricas en su ropa. Este nivel de coherencia y atemporalidad es una virtud poco frecuente en un panorama de moda cada vez más acelerado.

Sin embargo, la colección también despierta críticas. Algunas piezas, como los pantalones plisados de tweed o los vestidos de noche relajados, se sienten como reciclajes de colecciones pasadas. Aunque hay un guiño constante a la historia de la moda, la falta de riesgo creativo deja un sabor algo insípido. Para una casa de moda que ha marcado hitos en el diseño americano, esta propuesta parece más una declaración de continuidad que un salto audaz hacia el futuro. Esto plantea una interrogante: ¿hasta qué punto la alta gama clásica puede mantenerse relevante sin una evolución visible que capture el espíritu del momento actual?

Cortesía Ralph Lauren

Lo que realmente destaca es el balance que Ralph Lauren logra entre lo masculino y lo femenino. El jersey de encaje de cachemira combinado con una maxifalda de punto, o la chaqueta bomber de piel de oveja sobre un vestido camisero, muestran la habilidad de la marca para entrelazar estilos contrastantes sin esfuerzo. Este enfoque híbrido es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la colección, que refuerza la relevancia de Lauren en un mercado saturado de modas efímeras. Este tipo de propuestas no solo dialogan con las tendencias actuales, sino que también demuestran cómo una visión clara puede trascender la fugacidad del momento.

En conclusión, la colección Pre-Fall 2025 de Ralph Lauren podría no ser la más innovadora, pero tampoco pretende serlo. En un mundo de constantes cambios, esta propuesta es un recordatorio de que hay un lugar para lo clásico, siempre que se ejecute con la maestría y el cuidado que caracterizan a esta marca. Aunque algunos esperaban un soplo de aire fresco, Ralph Lauren parece decirnos que, a veces, volver a lo esencial es suficiente. Y en ese regreso, la marca reafirma su identidad sin necesidad de ceder a los dictados de lo efímero o lo excesivamente disruptivo.

Cortesía Ralph Lauren